Tesla estuvo a punto de desaparecer, y casi pasa a ser propiedad de Google
Al final, acabó saliendo del bache económico
Los comienzos nunca suelen ser sencillos y el caso de la empresa Tesla Motors se ajusta a esta premisa. Fue a comienzos de 2013 cuando la empresa estaba en un momento de crisis y temían que acabara desapareciendo. Los dos problemas principales a los que se enfrentaban eran las prestaciones y el equipamiento del Tesla Model S y la distribución.
Los Model S de 2012 aún no estaban del todo preparados, no contaban con todas sus funciones y la imagen que estaba dando la marca no era del todo buena. Los que habían adquirido este vehículo no estaban contentos con él y, además, los ejecutivos de la compañía optaron por ocultar este problema a su CEO Elon Musk, que finalmente acabó por enterarse y despidió a un gran número de ejecutivos senior y optó por conceder un ascenso a un puñado de ejecutivos junior.
De esta forma, Musk comenzó una campaña de emergencia para intentar salir de este bache. Su amistad con Larry Page, CEO y cofundador de Google, hizo que la opción de venderle la empresa comenzara a pasar por su cabeza. De hecho, el CEO de Tesla llegó a pedir 6.000 millones de dólares a Google por la compra de Tesla además de 5.000 millones de inversión.
El objetivo era que Google financiara a la empresa para permitir el lanzamiento del actual Tesla Model III, además de que su amigo Page le permitiría seguir temporalmente al mando durante ocho años. Google sí que aceptó la propuesta pero la negociación se fue complicando. Tesla entró en su primera llegada de beneficios y, por primera vez, comenzaba a ver una salida: Ya no hacían falta terceros para mantener la empresa a flote.
Muchos podrían sorprenderse ante el hecho de que Google estuviera interesada en automóviles. Sin embargo, a día de hoy no es algo tan raro. A finales de 2014 llegamos a conocer el diseño definitivo del primer coche autónomo del gigante de Internet. Aunque lo de Tesla se quedara en el tintero, Page siguió adelante con la idea de trabajar en su propio coche.
No sería la única compañía de tecnología que abriera sus horizontes al mundo de la automoción, hay rumores de que Apple también ha estado trabajando en su propio modelo eléctrico: el Apple Car. Se prevé que este modelo esté listo en 2025 y podría suponer un gran competencia para Tesla. Su punto suerte será su sistema de seguridad, que promete ser más fuerte que los que ofrecen empresas como Tesla y Waymo.