Las claves: Bruselas debe encontrar el equilibrio adecuado para la transición al coche eléctrico
Es necesario apoyar la tecnología que tiene todas las de ganar a la larga, pero también atender las necesidades más urgentes del sector


Acelerar la legislación en un sentido determinado puede impulsar la innovación, obligando a las empresas a renovar sus estrategias y a los usuarios a cambiar sus hábitos de consumo. Es lo que puede haber conseguido la regulación europea para que el automóvil ejecute su transición ecológica. Sin embargo, las compañías del Viejo Continente –que ahora mismo se están viendo superadas por las chinas y sus modelos eléctricos– han pedido más tiempo para adaptarse al cambio, y las autoridades de Bruselas han empezado a atender sus peticiones de prorrogar los plazos de los objetivos de emisiones y venta de vehículos de combustión.
El Gobierno español, en línea con su apuesta por las energías renovables y por una economía más verde, ha solicitado por carta a Ursula von der Leyen que se mantengan las metas actuales respecto al automóvil. Sostiene que no hacerlo afectará a la competitividad futura de la industria del continente. La Comisión Europea debe valorar estos argumentos y encontrar el delicado equilibrio entre apoyar la tecnología que tiene todas las de ganar a la larga, y atender las necesidades más urgentes del sector.
El éxito de la Bolsa española refleja la fortaleza de las grandes empresas del país
La Bolsa española está culminando un año espectacular en cuanto a crecimiento, con un 45% de subida para el Ibex. El importante peso del sector bancario, y el auge de la defensa, representada por Indra, han permitido este dato, que dobla al del Mib italiano. En el lado negativo, sobresalen Cellnex, Puig, Redeia y Amadeus, por distintos motivos. El éxito del selectivo es aún más destacable dada la falta de empresas tecnológicas, que son las que están levantando Wall Street. En parte, se trata de una regresión a la media, tras haber sufrido más que otros índices en los años de la pandemia. Pero refleja también la fortaleza de las grandes empresas españolas.
En busca de ganadores inesperados de la revolución de la IA
La revolución de internet acabó beneficiando, cual efecto mariposa, y gracias a la explosión del comercio electrónico, a las empresas de cartonaje y paquetería. En la fiebre por la inteligencia artificial, lo más fácil es apostar por compañías como la que hace los chips, Nvidia; el reto está en encontrar los valores que pueden acabar rentabilizando los avances y el esfuerzo de otros, y que quizá sean empresas de sectores de lo más tradicional. Por lo pronto, se puede diversificar, por ejemplo, en firmas de refrigeración –imprescindible para los centros de datos– como nVent Electric. Opciones más sencillas son las que construyen las infraestructuras, como la veterana ACS. O las energéticas, que tienen que abastecer una demanda insaciable.
La frase del día
Habría que haber mantenido los tipos. La inflación lleva cuatro años y medio por encima de nuestro objetivo, y casi todos los empresarios y consumidores con los que hemos hablado últimamente identifican los precios como una de sus principales preocupacionesAustan Goolsbee, presidente de la Fed de Chicago
¿Dará de sí el bolsillo de los españoles tanto como desean de cara a 2026?
Dado el auge del turismo en los últimos años (con la notable pausa provocada por la pandemia), cabría pensar que a los ciudadanos de todo el mundo no les quedan ya lugares por visitar, pero parece que no es así, o quizá es que están repitiendo experiencia. El caso es que los españoles, encuestados por las empresas del sector, prevén que viajarán y gastarán más el año que viene.
Estas predicciones, sin embargo, se suman a otras que adelantan subidas del precio de la luz, los servicios de internet y otros gastos ineludibles. Ya en este ejercicio la demanda de hoteles y viajes ha mostrado signos de estancamiento, después de años de importantes subidas de precios. ¿Dará de sí el bolsillo de los españoles tanto como desean de cara a 2026?

