Las claves: Europa debe mirarse en el espejo para encontrar su lado más competitivo
Si bien la diversidad cultural puede ser fructífera para la innovación, la diversidad regulatoria en aspectos como la fiscalidad supone un freno para las empresas
Michael Jackson recomendaba mirar al hombre en el espejo a la hora de hacer cambios profundos: él se refería a mejorar el mundo, pero el consejo es válido para todo tipo de objetivos, incluido el de reforzar la competitividad europea. Christine Lagarde, presidenta del BCE, se sumó el viernes a su predecesor, Mario Draghi, y a las cada vez más voces que reclaman una mayor unidad del mercado europeo, que parece conformarse con tener una moneda única y con la libre circulación de personas. Si bien la diversidad cultural y social puede ser fructífera para la innovación y la creatividad, la diversidad regulatoria en aspectos como el bancario, los mercados de capitales y la fiscalidad supone un freno para las empresas y la actividad en el continente. De poco sirve enfrentarse al proteccionismo de Donald Trump o al de Xi Jinping con medidas recíprocas, si no se trabaja con denuedo en romper las barreras internas de los países europeos. Eso supone, claro, una pérdida de soberanía que resulta incómoda; también en EE UU se producen choques de competencias entre el Gobierno federal y los estados. Pero el enfoque necesario ahora en Europa parece claro.
Las plantas nucleares catalanas mira con interés la extensión de Almaraz
Las centrales nucleares de Cataluña, Ascó I, Ascó II y Vandellós, miran con interés el proceso en torno al cierre de su homóloga extremeña de Almaraz, por si puede servir de plantilla para que se extienda también su funcionamiento. Las centrales ya operativas tienen un argumento de peso respecto a la contrucción de otras nuevas, y es que su coste ya está amortizado. Y las dificultades que plantea la transición energética hacia las renovables les han dado un nuevo empujón ante la opinión pública, aunque este tipo de generación sigue planteando un gran rechazo en partes de la sociedad y en varios partidos políticos.
IAG no quiere cerrarse puertas en la carrera por TAP
Tras el fallido intento de compra de Air Europa, IAG prueba ahora con TAP, la aerolínea de bandera portuguesa por la que también pujan Air France-KLM y Lufthansa. Por el momento, no hay intenciones en firme, dado que la matriz de Iberia y British Airways quiere concretar cómo será la estructura de capital, y qué papel tendrá el Estado en la gobernanza.
Las líneas de TAP con Brasil reforzarían la predominante posición de IAG de cara a Iberoamérica, mercado en el que quieren hacer mella sus rivales franco-holandés y alemán, que están creciendo ya por vía inorgánica. Cualquier operación debería superar los inevitables test de competencia que tan bien conoce IAG tras examinarse para la inconclusa adquisición de Air Europa.
La frase del día
Un impuesto del 2% al patrimonio de quienes tienen más de 100 millones de euros haría que Francia se convirtiera en un país de camembert. Solo produciríamos camembert, lo cual es estupendo, pero ya no habría IAPhilippe Aghion, premio Nobel de Economía 2025
La propiedad de los clubes de la NBA mueve mucho dinero... y vínculos familiares
Los clubes deportivos son un sector cada vez más impersonal, con la entrada de fondos de inversión y otros actores con poca querencia por el sentimiento de los aficionados, pero aún quedan rescoldos de la época anterior, en la que abundaban las propiedades y los gestores de tipo familiar. Es el caso de Los Angeles Lakers de baloncesto, que han cambiado de dueño –ahora lo es Mark Walter–, pero sigue como presidenta Jeanie Buss, la única de su estirpe que resiste en el equipo, después de que ella misma y el propietario hayan prescindido de Jesse y Joey Buss. Todo un culebrón, contado en una serie de Netflix, que tiene que ver también con las elevadas rentabilidades que permiten obtener los clubes de la NBA.
