El Gobierno, con pies de plomo en la pelea por las redes eléctricas
A nadie le cabe duda de que las eléctricas seguirán dando la batalla hasta que la regulación aparezca en el BOE, e incluso más allá


El Gobierno ha preferido ponerse de perfil en la disputa que viven desde antes del verano las compañías eléctricas y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) por la retribución a las redes para el periodo 2026-2031, que está actualmente en fase de tramitación. El informe que tiene que enviar el Ministerio para la Transición Ecológica al regulador, expresando su opinión antes de que se aprueben las circulares, hace algunos comentarios importantes, que van en la línea de que se mejora dicha remuneración de las líneas de distribución y transporte y que pagan los consumidores en la factura de la luz. Su argumento es que España debe caminar hacia la electrificación a través de la descarbonización, para lo que se necesita asegurar la inversión de la red. Le pide tener en cuenta sus orientaciones de política energética. Es evidente, por otra parte, que las redes necesitan mucha inversión con los retos que vienen en términos de electrificación y centros de datos, desafío que sostiene una revisión rigurosa de los peajes.
Sin embargo, el propio departamento liderado por Sara Aagesen ha renunciado a convocar la Comisión de Cooperación, una prerrogativa legal que tiene el Gobierno para trasladar al organismo independiente su posición en caso de estimar discrepancias relevantes. No lo convoca porque, según desvela en el propio informe, al Gobierno, además de la descarbonización, también le preocupa la competitividad de la economía y el bolsillo de los ciudadanos, por lo que no ve necesario llevar el pulso tan lejos.
Por el camino, a nadie en el sector se le escapa que la partida regulatoria entre empresas y reguladores se juega en varios frentes, y ahí incluso dentro de las compañías los intereses no son los mismos. Hay quien cree que la presión a la que están sometiendo las compañías al Gobierno en otros frentes como el de la prórroga nuclear o el del apagón –incluso con demandas ante los tribunales–, ha podido hacer mella sobre el ánimo del ministerio a la hora de jugar la partida de las redes.
Ahora todos los ojos están puestos en el Consejo de Estado, que tendrá que elaborar un dictamen antes de la decisión final. En el seno de la CNMC no hay unanimidad sobre cómo deben quedar finalmente las circulares de retribución, pero todos dan por hecho que, a estas alturas, el margen de maniobra es limitado y que la actual propuesta no se moverá demasiado. Aun así, a nadie le cabe duda de que las eléctricas seguirán dando la batalla hasta que la regulación aparezca en el BOE. Incluso más allá, si cabe, con recursos a los tribunales.

