Telefónica se enfrenta a las expectativas que ha generado
La duda en el Capital Markets Day es si Murtra logrará presentar un auténtico giro transformador


Se atribuye a Warren Buffett, pero tiene varios padres, la idea de que la clave de la felicidad está en tener bajas las expectativas. No es el caso del Capital Markets Day (CMD) de Telefónica, en el que el presidente de la compañía, Marc Murtra, debe enfrentarse el próximo martes a un mercado ansioso de anuncios relevantes en el marco del plan estratégico. Ese clima viene alimentado por la promesa de Telefónica de ser uno de los actores clave en la consolidación de las telecos europeas.
Una de las incógnitas empieza a despejarse, pero quedan muchas otras. El viernes se confirmó que la compañía va a reducir el dividendo, que ha sido una seña de identidad de las viejas matildes. La rentabilidad por dividendo bajará del 6,6% estimado para este año y el próximo a cifras del 4,8% y el 5,2%, respectivamente. Esto implica menos ingresos para los accionistas de referencia: CriteriaCaixa, el fondo saudí STC y el mismo Estado a través dela SEPI, los tres en torno al 10% del capital.
La pregunta sin respuesta por ahora es si además habrá una ampliación de capital, que obligaría a los inversores de referencia a poner dinero o ver diluida su participación. Una encuesta de JP Morgan revela que los inversores esperan una ampliación por un mínimo de 3.000 millones de euros, cifra que algunos sitúan más cerca de los 7.000 y que los analistas de BNP Paribas Exane elevan hasta 10.000 millones, casi la mitad de su capitalización actual. Esta firma apuesta por que el CMD sirva para una “revisión dolorosa pero necesaria”.
La duda que debe resolverse en la cita del día 4 es si será un borrón y cuenta nueva respecto a los planes del anterior presidente, José María Álvarez-Pallete, esto es, si Murtra logrará presentar un auténtico giro transformador. Lo segundo depende en gran medida de que se cierre una operación que respalde su narrativa de consolidación. Las apuestas se han dirigido primero a la compra de Zegona, dueña de Vodafone en España, pero esa fusión implicaría serios problemas de competencia; y sobre todo a la adquisición de 1&1 o de su matriz, United Internet, en Alemania, que podría generar sinergias de entre 6.000 y 8.000 millones de euros.
Pero Ralph Dommermuth, dueño de 1&1, tiene más de un potencial comprador. Las acciones de Vodafone y de 1&1 han subido esta semana por las expectativas de un acuerdo de compartición de redes o incluso una fusión entre ambas. Si ese escenario se materializa, Murtra correría el riesgo de haber invertido un año de intensas gestiones para acabar viendo cómo Vodafone se queda con el objetivo más preciado.

