Las claves: el retroceso del Gobierno sobre los autónomos refleja la complejidad del asunto
El modelo sigue siendo a todas luces insuficiente, y aún se está muy lejos de un consenso que satisfaga a todos
El sistema de cotización de los trabajadores autónomos es un asunto complejo cuyo intento de reforma por parte de los Gobiernos suele generar controversia. Es el caso de la propuesta del Ejecutivo de la semana pasada, que planteaba una notable subida de las cuotas a todos los tramos de ingresos, y que provocó el rechazo de ATA, de CEOE, así como del PP, pero también de Sumar. El Ministerio de Seguridad Social presentó ayer otro plan menos ambicioso, que además congela las cuotas de los que menos facturan.
Lo ideal sería que los autónomos cotizaran en proporción a sus ingresos, de modo que aquellos que están dando sus primeros pasos tuvieran una barrera mucho menor para competir con los ya establecidos (ya hay una tarifa plana más asequible para el primer año, que para muchos sigue siendo insuficiente). Pero la dificultad para rastrear el flujo de ingresos de estos trabajadores ha hecho que se busque una especie de estrategia única que garantice un mínimo global de cotizaciones. El modelo sigue siendo a todas luces insuficiente, y el repliegue del Gobierno indica que se está muy lejos de un consenso que satisfaga a todos.
La audaz apuesta de Bruselas por la movilidad verde puede requerir unos retoques
Dice el economista Václav Smil, profesor de la Universidad de Manitoba (Canadá), que la dependencia de la actividad mundial respecto a los combustibles fósiles es tan grande que los ambiciosos objetivos de la transición energética son imposibles de conseguir en los plazos esperados. La audaz apuesta de la Comisión Europea por la movilidad verde puede estar acelerando la innovación entre los fabricantes, pero Bruselas es cada vez más consciente de que quizá haya que suavizar los tiempos, y revisará antes de lo esperado, ya este año, el calendario de la reducción de emisiones de los automóviles.
El riesgo de depender de unos pocos proveedores de servicios de internet
La caída del servicio de Amazon Web Services durante varias horas ayer puso de manifiesto el peligro que supone que las infraestructuras de internet estén controladas de forma tan mayoritaria por unas pocas plataformas. No se trata solo del riesgo de que las empresas abusen de su poder, sino simplemente de que su tecnología falle. La avería afectó a herramientas como Autocad, utilizada por los arquitectos, al videojuego Fortnite, o a la plataforma de pagos Redsys. Esta última ha sufrido problemas también en otras ocasiones; es un recordatorio más, por si hiciera falta, de la importancia de tener dinero en efectivo. Por si hay un apagón eléctrico, por si se cae AWS, o incluso por si hay una guerra, como dijo la Comisión Europea en un vídeo admonitorio.
La renovada importancia de las tierras raras hace que volvamos a centrarnos en esta oportunidad en nuestros activos mineros ‘upstream’. La industria manufacturera de EE UU no debería depender de China ni de ningún otro país para obtener minerales esencialesLourenco Goncalves, CEO de Cleveland-Cliffs
El difícil cambio del cambio de hora de invierno y verano
Cuando la actividad humana era eminentemente agrícola, las personas se levantaban con el amanecer. La sofisticación de las sociedades y la imposición de horarios fijos en las escuelas y los trabajos hace ese sistema inviable; de ahí surgió el cambio de hora de invierno y de verano, para adaptar en lo posible las horas fijas a la luz solar. Las autoridades europeas debaten desde hace años si eliminar esta medida, cuyo efecto en el ahorro energético está en discusión. Al sector turístico, el español en particular, le convendría que la gente se levantara de noche cerrada, a cambio de que las terrazas tuvieran más margen diurno. Quizá se resentirían las horas de sueño de los ciudadanos. El debate está servido, pero, por perturbador que sea el sistema actual, sustituirlo tampoco es fácil.
