Las claves: la deriva autoritaria de Donald Trump apunta a los medios... y a los cómicos
El matonismo va ganando terreno a la democracia
Es sabido que los medios de comunicación están en la diana cuando un país avanza hacia el autoritarismo. Es más chocante que estén tan amenazados en EE UU, el país de la primera enmienda. Un periodista australiano le preguntó esta semana a Donald Trump, educadamente, si un presidente debería estar tan “involucrado” en la actividad empresarial. Trump le preguntó de dónde era y le amenazó así: “Estás perjudicando mucho a Australia. Le voy a hablar a tu líder de ti”. Avanza la oleada de demandas del presidente o el Gobierno contra medios de prestigio, el último The New York Times, al que reclama 15.000 millones de dólares por su supuesto (y legítimo) sesgo progresista. Podríamos pensar que, si se amedrenta a los medios serios, nos quedará el humor de esos reyes de la comedia en la TV de EE UU. Pero tampoco: Stephen Colbert fue cancelado por Paramount en una fea transacción (para que se aprobara su fusión con Skydance); ayer le tocó a Jimmy Kimmel, despedido de ABC después de que el regulador de las comunicaciones, FCC, exigiera su salida “por las buenas o por las malas”. El matonismo va ganando terreno a la democracia. Quién sabe si será irreversible.
Telefónica suelta lastre en América...¿para ganar impulso en Europa?
La aventura latina de Telefónica ha resultado en un dolor de cabeza para sus ejecutivos, que poco a poco, va aligerándose. La teleco va soltando lastre al otro lado del charco, como con la venta de su filial uruguaya, en movimientos que le permiten ganar aire –al menos reduciendo deuda–. Este podría usarse para una nueva aventura, esta vez más cerca de casa, en el Viejo Continente, donde los vientos comunitarios y nacionales soplan en dirección a la consolidación del sector. Más escala significa menos costes, una métrica fundamental en un negocio intensivo en capital como pocos lo son. La pregunta que queda es: consolidación, sí …¿pero con quién?
La demanda de ayudas al coche eléctrico señala la lógica de ser ambiciosos
La transición de los vehículos de combustión a los eléctricos es un proceso largo y que depende en buena medida del apoyo público. Que comunidades que representan el 85% del mercado de eléctricos e híbridos enchufables hayan agotado las ayudas del plan Moves es a la vez un éxito y una señal de la necesidad de que los planes de ayuda a la compra a la instalación de puntos de recarga sean aún más ambiciosos.
La aparición de modelos relativamente más asequibles está logrando que comprar un coche eléctrico no sea ya solo apto para los bolsillos más capaces. Dedicar dinero público a electrificar el parque automovilístico gana, pues, argumentos desde el punto de vista social, que se suman a los indudables desde la visión tecnológica e industrial.
La frase
El auge de los activos digitales canalizará billones de todo el mundo hacia EE UU. Minando bitcoins aquí, siendo financieramente independientes y llevando a cabo una especie de revolución financiera... creo que, sin duda, eso salva al dólarEric Trump, vicepresidente ejecutivo de The Trump Organization
Los mercados financieros no son buenos ni malos, sino todo lo contrario
Los mercados financieros no tienen más ideología que la del dinero. La derrota electoral en Buenos Aires de Javier Milei ha asustado a los inversores, que prefieren que siga un presidente que ha aplicado la tijera eléctrica contra el gasto público. Son los mismos mercados que reaccionaron con terror a los aranceles de Donald Trump, y que luego han asumido que quizá no sean tan malos, aunque sí muestran una seria y lógica preocupación por el desempeño de la deuda pública de EE UU. Y son los mismos mercados que forzaron a dimitir a Liz Truss en Reino Unido por su desequilibrado plan presupuestario. Milei quiere recuperar apoyo popular prometiendo más gasto en pensiones o universidades. Que tenga cuidado, no sea que por el camino pierda el apoyo del capital.
