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Las claves
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Las claves: no se deben crear falsas expectativas sobre la fuerza tecnológica de la UE

Europa depende de forma crucial de los servicios en la nube de Google, Amazon o Microsoft, entre otros, y Trump lo único que hace es exhibirlo

La vicepresidenta primera de la Comisión Europea, Teresa Ribera, instó el viernes a la UE a ser “valiente” ante las amenazas de Donald Trump en torno a la regulación de los servicios digitales. Sus declaraciones envejecieron muy rápido, porque ya el lunes Bruselas frenaba una multa a Google por prácticas monopolísticas, prevista para anunciarse ese día. Ursula von der Leyen también mostró inicialmente firmeza ante la primera andanada de aranceles de Trump en abril, para luego agachar la cabeza en julio. Convendría que las autoridades europeas no crearan falsas expectativas sobre la fortaleza europea, que no es tal en el aspecto tecnológico desde hace décadas. Europa depende de forma crucial de los servicios en la nube de Google, Amazon o Microsoft, entre otros, y Trump lo único que hace es exhibirlo.

Eso puede explicar la lentitud crónica de la aplicación de sanciones a estas compañías por parte de Bruselas. Las soluciones posibles, como desarrollar tecnología propia o renunciar a la ajena, se antoja quimérica. Es mejor la humildad y el realismo.

Las autonomías solo se acuerdan de la recentralización cuando truena

Alfonso Rueda, presidente de Galicia, criticó ayer la “tendencia a la recentralización” de la política europea, y defendió que en España las comunidades “funcionan mejor que el Gobierno central”. En concreto, se refirió a la deficiente ejecución de los fondos europeos. Llama la atención que diga esto cuando no se han terminado de apagar las brasas de los incendios, tras los cuales su colega castellano-leonés, Alfonso Fernández Mañueco, vino a pedir que en situaciones catastróficas el enfoque vaya más allá de las autonomías. Cuando se trata de repartir dinero se reivindican competencias; cuando se trata de resolver problemas, se pide ayuda.

Los problemas de la deuda británica sobreviven de largo a Liz Truss y a la lechuga

Hubo muchas bromas con Liz Truss, la breve primera ministra británica cuya durabilidad se comparó con la de una lechuga; y es verdad que entró como elefante en cacharrería, con un plan presupuestario irrealizable. Pero el problema de las finanzas de Reino Unido va mucho más allá de ella, como está comprobando Rachel Reeves, la ministra del ramo del Gobierno laborista de Keir Starmer, que no encuentra la manera de aumentar los impuestos o reducir el gasto público, mientras el bono británico a 30 años alcanza el 5%, el nivel más alto desde 1998. Mientras, Starmer, quizá para desviar la atención de las dificultades de la gestión económica, ha endurecido enormemente su discurso sobre inmigración. Pero sigue procrastinando, como otros Gobiernos occidentales, su principal problema.

La frase

Hay un nivel en el que los aranceles se vuelven prohibitivos y el comercio deja de fluir, pero con el 15% ‘todo incluido’ no es ahí donde nos encontramos. Lo importante no es la tasa en sí misma, sino el nivel en comparación con la competencia
Sabine Weyand, directora general de comercio de la Comisión Europea

Hacer vino o aguantar a Elon Musk, el gran dilema

Una directiva de Tesla ha dejado su trabajo para dedicarse a hacer vino en la bodega de su familia en Burgos. Una de las razones que aduce es que necesitaba “salir de pantallas y ordenadores”. Las nuevas generaciones, desencantadas con el mundo laboral –con que este no les permita cosas tan superfluas como comprarse una vivienda– bromean en internet con que los trabajos de oficina, de tablas de cálculo y largos correos son poco menos que la nada, puestos inventados, una gran farsa para que la rueda siga girando y tener a los graduados en administración de empresas más o menos contentos. En una bodega, sin embargo, haces algo tuyo, que huele, que se puede tocar y saborear. Y no tienes que aguantar las llamadas de Elon Musk a las cuatro de la mañana.

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