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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El aumento de los precios al por mayor en EE UU se burla del deseo de tipos más bajos

El alza del indicador es una prueba de los efectos directos de la subida de los aranceles

La espera de señales de problemas por la guerra comercial terminó el jueves. Los precios al productor en EE UU subieron un 0,9% en julio respecto a junio, superando con creces las expectativas. Es una prueba de los efectos directos del aumento de los aranceles. Los servicios comerciales, un indicador de los márgenes de beneficio de las empresas, crecieron un 2% respecto al mes anterior. Esto sugiere que las compañías están subiendo los precios para compensar el encarecimiento de los insumos o en previsión de mayores restricciones a la rentabilidad futura. El comercio al por mayor de maquinaria y equipo contribuyó en gran medida a este aumento, lo que da un giro más pesimista a los 100.000 millones de dólares de ingresos por aranceles recaudados desde abril.

Además, las cifras justifican el metódico enfoque de Jerome Powell, jefe de la Fed, basado en la premisa de que una economía basada en el consumo no puede elevar los aranceles medios del 2% a más del 20% sin provocar un aumento de algunos precios. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, tendrá más dificultades para justificar su petición de que los tipos caigan 1,5 puntos porcentuales por debajo del rango actual, 4,25%-4,5%. Los mercados de futuros esperaban una caída de al menos el 0,75% para finales de año.

La implacable intimidación de Donald Trump hacia Powell también parece cada vez más errónea. Esta semana, el presidente instó a Goldman Sachs a despedir a su economista jefe por predecir que los consumidores de EE UU acabarían soportando dos tercios del coste de los aranceles. El banco se mantiene firme en su pronóstico, que ahora parece aún más acertado.

Los precios al por mayor también recuerdan oportunamente la importancia de contar con analistas creíbles y autorizados. Los inversores de todo el mundo confían, por ejemplo, en la Oficina de Estadísticas Laborales de EE UU, a cuya directora despidió Trump por publicar datos que reflejan un mercado más débil. En su lugar, ha nombrado a una lacaya política sin experiencia relevante.

Unos precios al productor amañados no fortalecerían la economía. En todo caso, la distancia entre unas cifras más optimistas y la sombría realidad se manifestaría en los mercados de bonos, al valorar tanto la imprevisibilidad como el riesgo añadido de volar a ciegas.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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