Los frenos a la OPV de Shein indican lo difícil que es expandirse desde China
Después de trasladar su sede a Singapur en 2022, ahora se plantea devolverla al gigante asiático

En lo que se refiere a cambios de imagen, Shein destaca. La firma trasladó su sede y algunas marcas comerciales clave de su base en China a Singapur en 2022 para parecer más internacional. La estrategia pareció funcionar, ya que las ventas en EE UU y otros países se dispararon y su valoración de 100.000 millones de dólares en ese momento superó a la de empresas ya consolidadas como H&M.
Pero su OPV, largamente pospuesta, y otros tropiezos recientes demuestran que estas transformaciones tienen límites. El presidente ejecutivo, Donald Tang, había intentado inicialmente sacar a cotizar la firma en Nueva York en 2022. Pero ese plan se topó con el escrutinio de los legisladores de Washington por sus prácticas en la cadena de suministro en la República Popular. Shein ha afirmado que tiene una política de tolerancia cero con el trabajo forzoso y el trabajo infantil en su cadena de suministro.
Según Reuters, un intento posterior de cotizar en Londres también fracasó, tras no conseguir la luz verde de la Comisión Reguladora del Mercado de Valores de China. Este organismo exige a todas las empresas con vínculos significativos con la República Popular, independientemente de su domicilio social, que obtengan autorizaciones antes de cotizar.
El tercer intento, en Hong Kong, también parece estar fracasando. El martes, Bloomberg informó de que, en un esfuerzo por mejorar sus posibilidades, el grupo está en conversaciones para establecer una matriz en la China continental, cerrando el círculo que lo convertiría oficialmente en chino de nuevo. No está claro por qué los reguladores de Pekín están dando largas al asunto, pero que Shein pague los impuestos locales podría finalmente persuadir a las autoridades.
Los problemas de cotización de Shein han sido, en el mejor de los casos, una cara distracción. La firma afronta problemas más acuciantes. El crecimiento en sus dos mayores mercados, EE UU y Europa, está en peligro: Washington ha puesto fin a la norma de minimis, la práctica de conceder acceso libre de aranceles a los envíos de menos de 800 dólares, y Europa prevé aplicar una tasa fija de 2 euros a los paquetes de comercio electrónico de bajo valor que entren en el bloque. Además, la feroz competencia de Temu, propiedad de PDD y valorada en 169.000 millones de dólares, también ha lastrado los márgenes.
A principios de año, el Financial Times informó de que el beneficio neto de Shein en 2024 se redujo casi un 40% con respecto a 2023, hasta 1.000 millones de dólares, pese a que los ingresos crecieron un quinto. En este contexto, la valoración se ha visto sometida a presión. Los inversores, ansiosos por salir de la firma, presionaron para que aceptara una valoración de tan solo 30.000 millones de dólares, informó Bloomberg en febrero.
Otros grupos chinos que se han reinventado deberían tomar nota. PDD, que cotiza en Nueva York y está constituida en Islas Caimán, trasladó en 2023 su sede a Irlanda, un país con un régimen fiscal favorable. Del mismo modo, ByteDance se extiende por diversas zonas geográficas, con su negocio TikTok domiciliado en Singapur y California. Shein demuestra que estas contorsiones corporativas pueden resultar contraproducentes.
Aranceles
Uno de los gigantes fintech más valorados de Europa acaba de vivir el efecto de los aranceles. El día 13, Adyen perdió hasta 8.000 millones de euros de su valor de mercado, desde 46.000 millones, después de que el grupo de pagos holandés recortara sus previsiones de ventas para 2025, achacándolo a la caída de los volúmenes de los grandes comerciantes chinos que venden a clientes de EE UU. Luego, la firma se ha recuperado casi del todo en Bolsa. Aunque sus problemas tienen una causa concreta, los aranceles tendrán repercusiones similares en otras empresas de todo el mundo.
La caída de Adyen parecía desproporcionada. Sus ventas del primer semestre siguieron subiendo un 20% y la previsión anual es que el crecimiento de este año probablemente se equiparará al ritmo del 23% de 2024, en vez de acelerarse. Pero, con las acciones cotizando a unas 41 veces los beneficios de 2025, según las previsiones de los analistas recopiladas por Visible Alpha, las altísimas expectativas dejaban poco margen para el error.
En todo caso, el culpable está claro. La suspensión de la norma de minimis, ha afectado especialmente a los principales comerciantes minoristas online de Adyen en China, según una fuente cercana. Donald Trump, había eliminado la exención de minimis para China en mayo, lo que afectó a Temu y Shein. Los usuarios diarios de Temu en EE UU cayeron un 52% en mayo respecto a marzo, y los de Shein un 25%, según Sensor Tower. Dado que Adyen obtiene ingresos de los minoristas online mediante el cobro de comisiones por transacción, también se vio afectada, aunque la empresa no ha revelado si Temu o Shein son clientes importantes.
Puede que los inversores confíen en que los problemas de Adyen sean aislados y específicos del sector de los pagos. Aun así, en agosto Trump amplió la suspensión de minimis a todos los países, lo que dificulta el transbordo. Además, los aranceles generales suponen ahora un tipo arancelario efectivo en EE UU del 19%, el más alto desde 1933.
Dado que las normas de minimis eran un problema bien conocido y específico, sorprende que el mercado no lo viera venir y no ajustara el precio de las acciones de Adyen en consecuencia. Esto no dice mucho de las posibilidades de que otras empresas de otros sectores sufran en el futuro fluctuaciones similares en sus resultados. Los aranceles prometidos por Trump en sectores como el farmacéutico siguen siendo una incógnita, y otros cambian constantemente a medida que él varía de opinión. Más que un caso aislado, las dificultades de Adyen pueden representar una nueva normalidad.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

