Las claves: la Unión Europea baja al barro comercial
Tanto se ha inspirado Bruselas del estilo negociador de Trump, que advirtió ayer a China de que se acerca “un punto de inflexión”
La Unión Europea y Estados Unidos se acercan a un acuerdo, pero hasta que esto no esté firmado, sellado, apretón de manos incluido –y, si hace falta escupir en la palma, se escupe– mejor ser precavidos. Y también para el después, que nunca se sabe. Por ello, la UE ha aprobado aranceles por 93.000 millones a las importaciones estadounidenses, para tener preparado el botón rojo para el momento en el que el acuerdo fracase. No es esta la forma más deseable de negociar nada, pero es el estilo de su interlocutor, Donald Trump. Y si tu rival adora bajar al barro, no puedes quedarte atrás.
Tanto se ha inspirado Bruselas del estilo negociador de presidente de Estados Unidos que la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, advirtió ayer a China de que se acerca “un punto de inflexión” por el inasumible desequilibrio comercial entre las dos potencias. Estas palabras no pueden sino recordar a aquel “la Unión Europea se ha portado muy mal con nosotros” del morador de la Casa Blanca. Puede que Bruselas esté dispuesta a ceder con EE UU, pero no lo hará sin apretar a China. Es un mundo nuevo.
22 millones de trabajadores...¿en qué? ¿Por cuánto?
La economía crece con robustez –al menos, comparada con la de los países vecinos– y todo ello no se puede entender sin el crecimiento de la población activa (y de la población, en general). España ha superado por primera vez los 22 millones de trabajadores y el paro está en el 10,29%, niveles no vistos desde 2008. El desempleo es uno de los traumas que dejó la crisis financiera en un país que, tradicionalmente, ha arrastrado un paro estructural más alto que la media de las potencias europeas. Y ahora que parece encauzarse, quizá valdría la pena empezar a poner el foco no tanto en cuántos trabajadores hay, sino en qué trabajan (y cuánto cobran a cambio).
De 800 millones a cero: esas sinergias de las que usted me habla
En estos 15 meses desde que el BBVA lanzara su opa sobre el Sabadell, la entidad presidida por González Bueno ha recurrido a numerosas y variadas estrategias de defensa: desde campañas publicitarias de lo más ingeniosas hasta el retorno a Cataluña de su sede (con todo lo que ello conlleva políticamente). Ahora, después de todas las condiciones impuestas por el Ejecutivo a la fusión –para despecho, parece, de la Comisión Europea–, la entidad catalana afirma que, con las condiciones del Gobierno, no habrá sinergias en cinco años. De 800 millones que calculaba la entidad vasca a cero. González-Bueno viene básicamente a decirle a Carlos Torres que la operación, como dicen los jóvenes, no le renta. Que lo hago más por ti que por mí, vamos. Y, por si acaso, 6.300 millones en dividendos.
La frase
Estamos en un periodo de transición en el que perderemos muchos incentivos en Estados Unidos. Probablemente tendremos unos cuantos trimestres difícilesElon Musk, CEO de Tesla
La exposición al sol es como el veneno, cuestión de cantidades
Como ocurre con tantas otras cuestiones relativas a la salud, sobre los efectos del sol hay mucha desinformación. Tanto en su vertiente positiva como negativa: por un lado, resulta que aquello que muchos llaman “alergia al sol” no existe realmente, sino que son una serie de reacciones a la exposición excesiva a la estrella de nuestra galaxia. Por otro lado, si bien tomar el sol mejora el estado de ánimo, contribuye al control de algunas infecciones cutáneas e induce la síntesis de vitamina D, no es menos cierto que la sociedad se ha acostumbrado a exponerse en exceso. Puede que el canon de belleza esté asentado en el moreno, pero eso no significa que esto sea sano. También se ha asociado a la extrema delgadez, y las consecuencias sociales son evidentes.
