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Análisis
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Alemania envejecida: ¡Que trabajen más los universitarios!

Dinero para tanques y pensiones y, ¿los jóvenes? El 50% del presupuesto irá para mayores y para Defensa

Que trabajen más los universitarios”, propone el ministro de Finanzas de Baden-Württemberg, Danyal Bayaz, ante el drama demográfico. Los alemanes deberán trabajar más y durante más tiempo; sobre todo los universitarios, que se incorporan más tarde en el mercado laboral y asumen profesiones que les permiten alcanzar con mejor salud la edad de jubilación, argumena Bayaz, de Los Verdes. Acorralada ante la trampa demográfica, Alemania baraja todo tipo de ideas, algunas muy controvertidas. Pero, ¿qué implican los nuevos planes de pensiones? El Gobierno proyecta sobre todo estabilizar los ingresos por jubilación. Aunque eso resulte caro. El proyecto de ley que aprobará este verano contempla mantener la tasa de reemplazo o sustitución en el actual 48% (porcentaje que cobra un pensionista que haya trabajado 45 años por un sueldo medio). La pensión pública cubre algo menos de la mitad del ingreso previo al retiro (en España se sitúa en el 86%). Lo financiará con los presupuestos porque el Gabinete no quiere subir la cotización. Y costará 5.400 millones de euros en 2028; 9.600 millones de euros en 2029. Importes que se suman a los 120.000 millones anuales que transfiere la Administración a la caja pública de pensiones.

Una cuarta parte del presupuesto federal va para financiar parte de las pensiones (que se financian con las cotizaciones del 18,6%, repartido entre empresario y trabajador). Pero los baby boomers no se han jubilado todavía todos. Solo uno de cada cuatro. Y, por otro lado, cada vez menos población entra en el mercado laboral. Alemania es muy vieja. Además, otra cuarta parte del presupuesto irá a Defensa. Queda, pues, cada vez menos para invertir en jóvenes y en futuro. Asimismo, la reforma de pensiones prevista por el Gobierno es injusta (para los jóvenes) y cara, según Martin Werding, uno de los cinco sabios del consejo económico que asesora al canciller Friedrich Merz. Desde hace cinco décadas, los investigadores advierten que el cambio demográfico desbaratará el sistema social alemán. Interpretan que los mayores contribuyen cada vez menos a sostener los costes del envejecimiento demográfico, a costa de los jóvenes, que deberán cotizar más que hasta ahora para percibir en el futuro una pensión del 48%. Y, ¿la justicia intergeneracional?

En su reforma el nuevo Gobierno de coalición de Merz pretende mantener el nivel actual de pensiones, con una cuota de sustitución del 48%. Las pensiones en Alemania se perciben en función de la cantidad y de los tiempos cotizados. Sobre todo, los democristianos en el Gabinete (coaligados con los socialdemócratas) quieren mejorar además la llamada Mütterrente, la pensión de las madres con hijos nacidos antes de 1992. Se incentivará a los jubilados que sigan trabajando (hasta los 2.000 euros mensuales libres de impuestos). Y el Estado contribuirá con diez euros mensuales para que los jóvenes entre 6 y 18 años inviertan en un fondo de pensiones. La crítica de Werding: “La reforma va en la dirección incorrecta”. Aunque para mantener la cuota de sustitución se recurra a los presupuestos generales, las finanzas públicas no lo permiten. “Tras cuatro años de crisis económica, la prioridad ahora es invertir en infraestructuras y en defensa”. Los sabios proponen eliminar la jubilación a los 63 años (concebida para quienes hayan cotizado más de 45 años), incrementar la penalización a quienes se jubilan anticipadamente, y subir la edad de acceso a la jubilación. El Bundesbank apunta en el mismo sentido y propone vincular la edad de jubilación al incremento de la esperanza de vida, eliminar la jubilación a los 63 años e incrementar los coeficientes reductores por anticipar la pensión.

Los investigadores critican la desigualdad intergeneracional. Según la Oficina Federal de Estadística, uno de cada siete niños sufre o corre el riesgo de padecer pobreza. Alemania es un país muy desigual, con un sistema educativo que no facilita el ascenso social. A pesar de garantizar la enseñanza gratuita, solo el 27% de los hijos de familias no académicas accede a estudios superiores. El 79% de los hijos de padres universitarios logra también estudiar como sus progenitores. La pobreza desencadena pobreza formativa. Y la formación deficitaria desencadena pobreza.

En ese sentido, el diario Süddeutsche Zeitung señala que a la sociedad alemana le resulta difícil anticiparse y resolver cuestiones que impactarán en el futuro. Ahora el futuro es hoy. Y la población mayor quiere garantizarse su seguridad. Una sociedad vieja prioriza el presente al futuro. En Alemania más de la mitad de los votantes supera los 53 años de edad. La población mayor de 60 años duplica el número de recién nacidos. El sociólogo Aladin El-Mafaalani reclama ya una ley de protección a la infancia como minoría social. Jakob Biazza, analista de Süddeutsche Zeitung, reflexiona que la juventud alemana ha crecido paralelamente a varias crisis, la de refugiados (llegaron un millón en 2015), la pandemia, la guerra en Europa, la crisis energética en Alemania tras el ataque ruso, la inflación y el despegue de la ultraderecha de Alternativa para Alemania (AfD). Ah y la climática. A ello se suma la probable obligación del servicio militar. Ante estos retos, ¿aceptarán asumir mayor solidaridad social?

Queda el envejecimiento activo. En Alemania muchos ciudadanos priorizan jubilarse anticipadamente. Por otro lado, 230.000 jubilados siguen trabajando. Pero para que salieran las cuentas, tendrían que seguir trabajando muchos para compensar la exención de impuestos (2.000 euros mensuales) propuesta por el Gobierno, según un estudio realizado por el instituto de investigación DIW. La llamada “pensión activa” ayudaría al fisco (mediante cotizaciones sociales), solo si muchos jubilados participan. Incrementaría el PIB en un 0,1%; aunque no compensará el déficit de especialistas. Los investigadores aplauden también la iniciativa gubernamental de incentivar el ahorro temprano en fondos de pensiones para complementar la pensión de jubilación futura. Se trata de un mecanismo financiero propuesto por el mismo consejo de sabios con la idea de anclar en la juventud una mentalidad del ahorro y del interés por el mundo de las finanzas. En la escuela los alumnos deberán hablar de la evolución de los valores en su cartera, de los intereses y de la inflación. La coalición pretende que los jóvenes conserven su depot (al que contribuirá el Estado con 10 euros mensuales hasta los 18 años) hasta su jubilación.

En cualquier caso, la Seguridad Social alemana advierte ya por escrito a la población: “Teniendo en cuenta que las pensiones aumentarán en el futuro menos que los sueldos y constatando ya que aumentará la diferencia entre las rentas por trabajo y los ingresos por jubilación, será cada vez más importante disponer de otras fuentes de ingresos tras la jubilación”.Una cuarta parte del presupuesto federal va para financiar parte de las pensiones (que se financian con las cotizaciones del 18,6%, repartido entre empresario y trabajador). Pero los baby boomers no se han jubilado todavía todos. Solo uno de cada cuatro. Y, por otro lado, cada vez menos población entra en el mercado laboral. Alemania es muy vieja. Además, otra cuarta parte del presupuesto irá a Defensa. Queda, pues, cada vez menos para invertir en jóvenes y en futuro. Asimismo, la reforma de pensiones prevista por el Gobierno es injusta (para los jóvenes) y cara, según Martin Werding, uno de los cinco sabios del consejo económico que asesora al canciller Friedrich Merz. Desde hace cinco décadas, los investigadores advierten que el cambio demográfico desbaratará el sistema social alemán. Interpretan que los mayores contribuyen cada vez menos a sostener los costes del envejecimiento demográfico, a costa de los jóvenes, que deberán cotizar más que hasta ahora para percibir en el futuro una pensión del 48%. Y, ¿la justicia intergeneracional?

En su reforma el nuevo Gobierno de coalición de Merz pretende mantener el nivel actual de pensiones, con una cuota de sustitución del 48%. Las pensiones en Alemania se perciben en función de la cantidad y de los tiempos cotizados. Sobre todo, los democristianos en el Gabinete (coaligados con los socialdemócratas) quieren mejorar además la llamada Mütterrente, la pensión de las madres con hijos nacidos antes de 1992. Se incentivará a los jubilados que sigan trabajando (hasta los 2.000 euros mensuales libres de impuestos). Y el Estado contribuirá con diez euros mensuales para que los jóvenes entre 6 y 18 años inviertan en un fondo de pensiones. La crítica de Werding: “La reforma va en la dirección incorrecta”. Aunque para mantener la cuota de sustitución se recurra a los presupuestos generales, las finanzas públicas no lo permiten. “Tras cuatro años de crisis económica, la prioridad ahora es invertir en infraestructuras y en defensa”. Los sabios proponen eliminar la jubilación a los 63 años (concebida para quienes hayan cotizado más de 45 años), incrementar la penalización a quienes se jubilan anticipadamente, y subir la edad de acceso a la jubilación. El Bundesbank apunta en el mismo sentido y propone vincular la edad de jubilación al incremento de la esperanza de vida, eliminar la jubilación a los 63 años e incrementar los coeficientes reductores por anticipar la pensión.

Los investigadores critican la desigualdad intergeneracional. Según la Oficina Federal de Estadística, uno de cada siete niños sufre o corre el riesgo de padecer pobreza. Alemania es un país muy desigual, con un sistema educativo que no facilita el ascenso social. A pesar de garantizar la enseñanza gratuita, solo el 27% de los hijos de familias no académicas accede a estudios superiores. El 79% de los hijos de padres universitarios logra también estudiar como sus progenitores. La pobreza desencadena pobreza formativa. Y la formación deficitaria desencadena pobreza.

En ese sentido, el diario Süddeutsche Zeitung señala que a la sociedad alemana le resulta difícil anticiparse y resolver cuestiones que impactarán en el futuro. Ahora el futuro es hoy. Y la población mayor quiere garantizarse su seguridad. Una sociedad vieja prioriza el presente al futuro. En Alemania más de la mitad de los votantes supera los 53 años de edad. La población mayor de 60 años duplica el número de recién nacidos. El sociólogo Aladin El-Mafaalani reclama ya una ley de protección a la infancia como minoría social. Jakob Biazza, analista de Süddeutsche Zeitung, reflexiona que la juventud alemana ha crecido paralelamente a varias crisis, la de refugiados (llegaron un millón en 2015), la pandemia, la guerra en Europa, la crisis energética en Alemania tras el ataque ruso, la inflación y el despegue de la ultraderecha de Alternativa para Alemania (AfD). Ah y la climática. A ello se suma la probable obligación del servicio militar. Ante estos retos, ¿aceptarán asumir mayor solidaridad social?

Queda el envejecimiento activo. En Alemania muchos ciudadanos priorizan jubilarse anticipadamente. Por otro lado, 230.000 jubilados siguen trabajando. Pero para que salieran las cuentas, tendrían que seguir trabajando muchos para compensar la exención de impuestos (2.000 euros mensuales) propuesta por el Gobierno, según un estudio realizado por el instituto de investigación DIW. La llamada “pensión activa” ayudaría al fisco (mediante cotizaciones sociales), solo si muchos jubilados participan. Incrementaría el PIB en un 0,1%; aunque no compensará el déficit de especialistas. Los investigadores aplauden también la iniciativa gubernamental de incentivar el ahorro temprano en fondos de pensiones para complementar la pensión de jubilación futura. Se trata de un mecanismo financiero propuesto por el mismo consejo de sabios con la idea de anclar en la juventud una mentalidad del ahorro y del interés por el mundo de las finanzas. En la escuela los alumnos deberán hablar de la evolución de los valores en su cartera, de los intereses y de la inflación. La coalición pretende que los jóvenes conserven su depot (al que contribuirá el Estado con 10 euros mensuales hasta los 18 años) hasta su jubilación.

En cualquier caso, la Seguridad Social alemana advierte ya por escrito a la población: “Teniendo en cuenta que las pensiones aumentarán en el futuro menos que los sueldos y constatando ya que aumentará la diferencia entre las rentas por trabajo y los ingresos por jubilación, será cada vez más importante disponer de otras fuentes de ingresos tras la jubilación”.

Lidia Conde Batalla es periodista y analista de la economía alemana.

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