El BCE tiene motivos para la ira por las ‘stablecoins’ en Bruselas
El Banco Central está perdiendo la batalla por el control de la política monetaria ante la Comisión Europea

El Banco Central Europeo está perdiendo la batalla por el control de la política monetaria ante un rival improbable: la Comisión Europea. El núcleo de la controversia, que dura meses, es si la Unión Europea necesita reforzar la supervisión de las llamadas stablecoins dominadas por el euro, que supuestamente están respaldadas por activos reales como efectivo o bonos del Estado. Bruselas considera suficiente la regulación actual, pero podría verse cegada por su preocupación por la libre circulación de capitales.
La jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, impulsa una unión de ahorro e inversión para compensar el débil crecimiento de la UE. Este contexto podría explicar por qué el órgano ejecutivo de la UE pronto considerará a estas monedas denominadas en euros en poder de la filial extranjera de una empresa con sede en la UE como “fungibles” con las suyas. Por lo tanto, los no residentes podrían, en teoría, tener derecho a reclamar los activos que respaldan las stablecoins de la entidad europea. Esto podría no ser recíproco, ya que las emitidas en otras jurisdicciones no estarían reguladas por las autoridades europeas.
Los temores del BCE sobre la consiguiente aparición de un gran mercado extraterritorial de criptomonedas en euros son comprensibles: la eventual preponderancia del dinero privado en forma de stablecoins debilitaría su control sobre la política monetaria.
Por ello, quiso endurecer las normas promulgadas por la Comisión en 2023 con su Reglamento sobre los Mercados de Criptoactivos (MiCA, abre en nueva pestaña). En un discurso ante el Parlamento Europeo la semana pasada, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, también señaló que los emisores de estas monedas no siempre pueden mantener su valor. Además, los activos que las respaldan pueden ser opacos: el colapso de Terra en 2022 demostró que “estable” no siempre era una descripción precisa.
Bruselas ha restado importancia a estas preocupaciones: afirma que sería improbable una retirada masiva de una stablecoin bien gobernada y con plena garantía”. Sin embargo, los banqueros centrales se mantienen cautelosos con respecto a estas monedas. Un informe del Banco de Pagos Internacionales, si bien destaca los avances tecnológicos que permite su surgimiento, advirtió la semana pasada que no constituyen una moneda sólida y representan un riesgo para la estabilidad financiera y la soberanía monetaria.
Euro digital
Tras la voluntad del BCE de ejercer un mayor control sobre las stablecoins en euros se encuentra su impulso para promover el futuro euro digital como medio de pago en toda la eurozona.
Sin embargo, el impulso de Fráncfort para promover el dinero del banco central –con el euro digital sustituyendo al efectivo actual– sería más eficiente si no se viera debilitado desde el principio por la decisión de establecer un límite a la cantidad de moneda digital que las personas pueden poseer (alrededor de 3.000 o 4.000 euros) para evitar agotar los depósitos bancarios.
Bruselas asume un riesgo con su decisión sobre stablecoins en euros. Sin embargo, el Banco Central Europea no puede esperar que se le permita una regulación más estricta sobre estas monedas en euros mientras restringe el alcance de su propio euro digital.