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Análisis
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

¿Cómo influirán las tecnologías en el mundo del ‘factoring’?

Las empresas requieren soluciones de financiación rápidas, seguras y que se adapten a sus necesidades

Edificio La Vela, sede del BBVA en Madrid.

En los últimos años, el factoring ha experimentado un notable crecimiento en España, y gran parte de este desarrollo ha sido impulsado por los avances tecnológicos. Esta herramienta financiera, que permite a las empresas optimizar su flujo de caja mediante la cesión de sus cuentas por cobrar, ha evolucionado desde ser una solución exclusiva para las pequeñas y medianas empresas (pymes) hasta convertirse en un mecanismo clave también para las grandes corporaciones.

Según los datos más recientes de la Asociación Española de Factoring (AEF), el volumen total de créditos gestionados mediante factoring alcanzó los 130.336 millones de euros en 2024 (sin incluir confirming), lo que supone un crecimiento del 53% en el acumulado de los seis últimos años.

Lo que realmente ha marcado la diferencia en este crecimiento es el papel fundamental que la tecnología ha jugado en su expansión. El factoring tradicional se basaba en procesos manuales y en relaciones de confianza entre las partes involucradas. No obstante, el advenimiento de soluciones tecnológicas especializadas ha transformado este sector, ofreciendo soluciones más rápidas, seguras y eficientes.

Carlos García Casas, Secretario General de la Asociación Española de Factoring, subraya la importancia de la tecnología en este proceso. En unas declaraciones recientes ha señalado: “La tecnología ha sido un factor clave en el crecimiento del factoring en España. Las empresas demandan soluciones cada vez más flexibles, ágiles y adaptadas a sus necesidades específicas, y la tecnología ha sido el motor que ha permitido ofrecer estos productos de manera eficiente”.

Las entidades financieras, al incorporar herramientas digitales, han logrado automatizar y agilizar todo el proceso de factoring, desde la verificación de las facturas hasta el seguimiento de los pagos. Esto no solo ha reducido el tiempo de respuesta, sino que ha permitido a las empresas, tanto grandes como pequeñas, tener un mayor control sobre sus operaciones de financiación.

Una de las grandes ventajas que ha traído la tecnología al factoring es la flexibilidad. Las soluciones tecnológicas actuales permiten que las empresas adapten el producto de factoring a sus necesidades específicas, ya sea en cuanto a los plazos de pago, el volumen de las operaciones o los criterios de elegibilidad. Esto es especialmente valioso en un contexto económico como el actual, donde las empresas requieren soluciones rápidas y a medida para hacer frente a las fluctuaciones del mercado, la globalización y las demandas de los clientes.

La conexión con los sistemas contables de las empresas ha jugado también un papel crucial en el aumento de la agilidad en las transacciones de factoring, tanto en pymes como en grandes compañías. Integrar los sistemas de factoring con los ERP permite una gestión más eficiente de las cuentas por cobrar, ya que la información fluye de manera automatizada. Esto no solo mejora la eficiencia al evitar la duplicación de datos, sino que también reduce errores, acelera los procesos y mejora la transparencia en las transacciones. Las empresas pueden gestionar las facturas de forma más eficaz, con un mayor control y visibilidad de sus flujos de caja, lo que facilita la toma de decisiones estratégicas basadas en datos más precisos.

Las grandes corporaciones, en particular, han dado un paso más allá al adoptar estructuras especializadas para la gestión de sus cuentas por cobrar, más allá del factoring tradicional. Ejemplos de estas estructuras son los Receivables Purchase Programs (RPP) del Banco Santander y el factoring masivo desarrollado por BBVA para el sector retail. Estas soluciones están diseñadas para adaptarse a las complejidades y necesidades específicas de las grandes empresas y permiten optimizar el riesgo y la gestión de las cuentas por cobrar en función de las necesidades concretas de cada empresa.

Por ejemplo, los RPP del Banco Santander permiten a las grandes corporaciones financiar sus cuentas por cobrar de una manera más eficiente y flexible, incorporando las cuentas por cobrar de diferentes filiales de la empresa y en diferentes divisas.

En el caso del factoring masivo del BBVA, dirigido a empresas del sector retail, se trata de una solución automatizada a gran escala que permite financiar grandes volúmenes de facturas de manera ágil, con un alto grado de automatización y control, lo que facilita la integración de este proceso en los sistemas de las grandes corporaciones.

Con la globalización, las empresas se enfrentan a cadenas de suministro más complejas, múltiples divisas, normativas internacionales y una mayor presión por optimizar los costos. En este contexto, el factoring, respaldado por soluciones tecnológicas avanzadas, se ha convertido en una herramienta imprescindible para las empresas que buscan mantener una gestión de liquidez eficiente y adaptarse rápidamente a los cambios del mercado.

Mirando hacia el futuro, el factoring parece estar en una senda de crecimiento continuo, impulsado por la tecnología. La capacidad de las soluciones tecnológicas para ofrecer soluciones personalizadas, integrar distintos sistemas financieros y proporcionar un análisis de datos en tiempo real será crucial para que las empresas sigan aprovechando los beneficios del factoring. Además, en un entorno económico incierto, con tipos de interés elevados y una creciente volatilidad en los mercados, las empresas necesitarán soluciones financieras que les permitan ser ágiles y adaptarse rápidamente a las circunstancias cambiantes.

En resumen, las empresas de todos los tamaños requieren soluciones de financiación que no solo sean rápidas y seguras, sino que también se adapten a sus necesidades específicas. Por ello, el futuro del factoring estará estrechamente ligado a la capacidad de las soluciones tecnológicas para ofrecer productos más flexibles, complejos y ágiles, lo que sin duda seguirá impulsando la adopción de esta herramienta como una parte esencial de la estrategia financiera empresarial.

Francisco Martínez es regional sales director de Lendscape


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