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Las claves
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Las claves: los aranceles suelen sonar peor cuando los imponen otros

Trump ha cambiado de opinión en casi todo menos en una cosa

Un buque sale del puerto de Oakland, en EE UU.
CINCO DÍAS

“Si ya saben cómo me pongo,¿ pa’qué me invitan?”, puede pensar Donald Trump cuando oye a célebres inversores, como Bill Ackman, pedirle un poquito de por favor, una tregua con los aranceles, como si no llevara toda su vida defendiéndolos a ultranza. Ha cambiado de opinión en casi todo (desde los vehículos de batería a las criptomonedas, pasando por su propia adscripción a republicanos y demócratas), menos en una cosa.

Mientras, China amenaza con represalias proporcionales, y la Unión Europea intenta un enfoque más prudente. Aunque Bruselas ha reaccionado con duras críticas a las medidas de la Casa Blanca, hace unos meses aprobó tarifas a los coches eléctricos chinos de hasta el 45,3%: es un acercamiento mucho más medido y específico (y sin fórmulas pseudocientíficas) que el de Trump, claro está, pero refleja que la oposición a los aranceles no es de principios, y que el proteccionismo suena peor cuando lo practican otros. Asimismo, los movimientos de algunos países, como Alemania y España, para suavizar las relaciones con China indican que, cuando se trata de comercio, los derechos humanos suelen pasar a un segundo plano.

El agua necesaria para preguntarle a ChatGPT cómo encontrar el amor

Mientras el mundo se pone patas arriba, una batalla de fondo se prepara: la del agua. Una fábrica de chips, el producto de moda, consume la misma cantidad de agua al día que 33.000 hogares. Y esta tiene que salir de algún lado. Por no hablar de las cantidades necesarias para mantener refrigerado los centros de datos: uno de ellos usa al día un millón de litros, el consumo de 100.000 hogares. Todo para que el usuario medio le pregunte a un modelo de lenguaje hecho con inteligencia artificial qué puede hacer para encontrar el amor, o cuál es la receta de la carbonara. No parece este el mejor de los futuros.

Las cifras macro y las cosas del comer

Se suele decir que las cifras macroeconómicas están tan alejadas de la economía real de los hogares como los políticos de sus votantes. Pero todas están ligadas, guste o no. Lo mismo pasa con las decisiones a priori lejanas de líderes extranjeros, que uno piensa que no le pueden afectar. Pero, la paradoja del fin de la globalización es que las medidas firmadas en un despacho con forma de óvalo a un océano de distancia pueden afectar a esas cifras macroeconómicas tan supuestamente alejadas de la vida real. Esas cifras, un PIB que se espera menor, afectan a la confianza empresarial. Y, como la salud de la economía depende en buena parte de la confianza, las empresas invierten menos y recortan más. Y uno, que pensaba que todo aquello quedaba lejos, se acaba quedando sin trabajo.

La frase

Es perfectamente razonable que alguien diga que las relaciones comerciales de Estados Unidos eran injustas
Jamie Dimon, CEO de JP Morgan

En fiscalidad, hay errores que cuestan más que otros

La cuestión del IRPF de los perceptores del SMI está dando un especial dolor de cabeza en el Gobierno. Primero, hubo polémica por el simple hecho de que fueran a pagarlo, lo que se solucionó con que se les iba a retener, para luego devolvérselo íntegramente al año siguiente. Eso sí, sin ningún tipo de ajuste por la inflación, lo que en la práctica hace que el Estado gane algo, aunque sea poco. Ahora, la nueva historia es que este reintegro se ha legislado mal por error, y solo contempla la parte estatal. O, lo que es lo mismo, con la redacción actual solo se les devolvería el 50% de lo retenido. Pobre de aquel obligado tributario que cometa este tipo de errores en su declaración de la renta. Ahora, al menos, puede pagarla con Bizum.


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