Las claves: Alemania sale en tanque del atasco de inversión
Producir para tiempos de paz sigue siendo, en general, un negocio más duradero
Alemania se ha subido con entusiasmo al rearme europeo, y de paso ha desatascado su largamente debatida necesidad de infraestructuras, bloqueada por el freno de la deuda. Eso está lanzando a sus empresas en Bolsa, en particular a la armamentística Rheinmetall. Los analistas avisan, sin embargo, de que no es oro todo lo que reluce, puesto que aumentar la capacidad de fabricación no se hace de un día para otro, y que tampoco en construcción tiene mucho margen de maniobra, en particular por la falta de personal (un problema que también afecta a España, por ejemplo). Eso puede hacer que se aprovechen empresas internacionales, como la propia ACS, que tiene su filial Hochtief en el país.
Los inversores deberán mirar con lupa los múltiplos y los sectores para aprovechar el rally. La automoción puede adaptarse al giro político, si empresas como Volkswagen pasan de hacer coches a desarrollar tanques. Pero estos duran más que aquellos, salvo en caso de guerra. Producir para tiempos de paz sigue siendo, en general, un negocio más duradero y con una rentabilidad más confiable.
Oliu pone toda la carne en el asador de la opa
Cerca ya de la recta final de la opa por Sabadell, sus protagonistas saben que es hora de poner toda la carne en el asador. Incluso la que aún no tienen. Por eso, Josep Oliu, presidente de la entidad catalana –ahora sin matices, tras el retorno de su sede a la comunidad autónoma– promete a sus accionistas que para el año que viene tendrán una remuneración (dividendo) mejor o igual que el pasado ejercicio, donde ya fue cuando menos jugosa. La hora de la verdad se acerca y las opas se ganan, primero, convenciendo al accionista. Aunque, como bien saben Oliu y su homólogo en BBVA, Carlos Torres, solo con eso no es suficiente.
Una avalancha de jubilaciones anticipadas que anticipa un tsunami
La Seguridad Social se prepara para una avalancha de peticiones de jubilación anticipadas, dado que dentro de no mucho van a empezar a aplicarse los coeficientes reductores de muchas ocupaciones “penosas” –en su acepción de trabajosas o que suponen mucho esfuerzo o gran dificultad–, y un buen número de personas va a poder solicitar su retiro y pensión. Con todo, no es esta la avalancha que debe preocupar en exceso al ministerio o al Ejecutivo. El que sí que debería es el tsunami de jubilaciones que se aproxima conforme se vayan retirando los baby boomers. Y, sobre todo, la falta de jóvenes que cobren lo suficiente como para sufragar esas pensiones con sus impuestos. Mientras, que los prejubilados disfruten de su retiro. Se lo han ganado.
La frase
Somos sensibles al hecho de que el nombre de rearme, como tal, puede suscitar algunas sensibilidades en algunos Estados miembros, así que es algo que por supuesto escuchamosPaula Pinho, portavoz principal de la Comisión Europea
La distópicamente absoluta amabilidad de la inteligencia artificial
Parece difícil de creer que la inteligencia artificial pueda servir de sucedáneo de la compañía de las personas (aunque sea virtual), pero de ello advierten los expertos en el asunto. Las herramientas digitales que hablan pueden ser muy útiles para hacer tareas, incluso sirven como diversión con cierto grado de interactividad, alternativa a las series u otras actividades más pasivas; pero hay que sentirse realmente solo para encontrar en ellas un sustituto mínimamente funcional a lo humano.
Precisamente es su extrema amabilidad la que convierte la IA en algo realmente extraño. Es el conflicto, los límites que nos ponen los otros, lo que nos ayuda a ser conscientes de los nuestros, y a sentirnos vivos. La amabilidad absoluta es una distopía, como un planeta sin atmósfera ni gravedad.
