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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Al golf le convendría una paz vía Trump

El presidente de EE UU intermedia entre los circuitos PGA Tour y LIV, que van mal de audiencia

LIV Golf
El golfista Jon Rahm.Keyur Khamar (PGA TOUR)

El PGA Tour y el LIV Golf, respaldado por el Fondo de Inversión Pública (PIF) saudí, anunciaron hace casi dos años un impactante plan de fusión, pero las negociaciones no han avanzado.

Donald Trump, fan de este deporte, celebró en febrero reuniones con representantes de ambos. Lanzado en 2021, el LIV buscaba revolucionar el golf. Atrajo a 54 jugadores, entre ellas Jon Rahm, que aceptó un contrato de 300 millones de dólares, según Fox Sports. El PGA y el LIV se cruzaron demandas. El anuncio de la fusión puso fin a las hostilidades.

Pero la bifurcación persiste, dividiendo a la audiencia. Los índices en TV del PGA Tour los domingos de 2024 cayeron un 19% respecto a 2023. Los de LIV son aún más pequeños. Un campeonato de septiembre atrajo a unos míseros 89.000 espectadores en la cadena CW, decididamente menor. Los derechos de los medios son donde está el dinero, y las ligas tienen una mano más débil para negociar cuando la audiencia cae. El PIF está en camino de invertir 5.000 millones en el LIV, según USA Today.

El PGA Tour cuenta con apoyo para seguir luchando. En 2024, un grupo que incluye al dueño de los Mets de béisbol, Steven Cohen, adquirió un l 11,6% por 1.500 millones, lo que da una valoración de 13.000 millones. Es siete veces los ingresos de 2023 del PGA, de 1.800 millones, en línea con el valor obtenido por algunos equipos de béisbol.

Acabar con el estancamiento será difícil. Las audiencias del PGA Tour están empezando a estabilizarse: la ronda final en Pebble Beach en febrero fue el evento con mayor audiencia en cuatro años y la estrella Rory McIlroy se llevó el trofeo. Pero reintegrar a los jugadores del LIV con los que se mantuvieron leales es un punto de fricción. A los del PGA Tour se les paga en gran medida con las ganancias de los torneos; LIV ofrece contratos fijos.

Trump tiene sus propios intereses. El complejo turístico Doral, de su familia, y del que se ha ido el PGA, acogerá un torneo del LIV en abril. Los antimonopolio bajo Joe Biden habían comenzado a investigar una posible fusión. Una Administración más amistosa podría desactivar esa amenaza. Después de todo, combinar el PGA y el LIV realmente eliminaría la competencia. Pero dejar que dos jugadores acumulen golpes solo entierra más profundamente el negocio en un búnker.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías


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