Es hora de cambiar el CEO de Porsche
Volkswagen espera un crecimiento más rápido, mientras se estanca la firma de deportivos, también dirigida por Oliver Blume

Volkswagen espera un crecimiento más rápido y un margen operativo sólido en 2025. Pero Porsche, controlada por ella, se está estancando.
El jefe desde hace dos años y medio, Oliver Blume, espera que 2025 sea el comienzo de un cambio de rumbo para el grupo. VW ha sufrido un estancamiento de las ventas, una transición lenta y costosa hacia los eléctricos y una pérdida de cuota de mercado en China. Una gran preocupación, las multas europeas por emisiones de carbono, que podrían haber golpeado a VW con 1.500 millones de euros, al menos se han aplazado por hasta tres años.
Es alentador que parezca cada vez más probable que VW alcance esos objetivos cuando finalmente deban cumplirse. Este año presenta un nuevo vehículo de batería de 25.000 euros, y está preparando uno más barato, de solo 20.000. Su eléctrico insignia, el –más caro– ID 7, ha recibido buenas críticas y parece estar bien situado para quitarle negocio a Tesla.
Tranquiliza que, aunque los eléctricos suelen ser menos rentables que los de combustión, VW siga esperando que su margen operativo esté entre el 5,5% y el 6,5% este año, frente al 5,9% de 2024. Y un acuerdo para recortar plantas y reducir su plantilla alemana en hasta 35.000 trabajadores debería, con el tiempo, de aumentar la débil rentabilidad de su marca homónima.
Todo esto ayuda a explicar por qué VW ha subido un 22% en Bolsa este año, suponiendo que se reinviertan los dividendos, superando a Stellantis o Renault. Porsche, en la que tiene un 75%, ha caído, en cambio. La dirige también Blume, una situación inusual en cuanto a gobernanza.
El fabricante de deportivos ha sufrido una caída de las ventas en China y un costoso giro hacia los coches de combustión. Calcula que su margen operativo, que alcanzó el 18% en 2023, será de solo un 10%-12% este año. En UBS apuntan a un también deprimente 11,7% en 2026. Para colmo del cambio de roles, en febrero el valor de VW eclipsó al de Porsche.
Esta está invirtiendo, recortando costes, y ha reorganizado su dirección. Pero es probable que el cambio de rumbo sea largo y podría complicarse aún más: su mayor mercado es EE UU. Eso refuerza la necesidad de tener su propio CEO, en vez de seguir con Blume. Tanto para VW como para Porsche, una reorganización parece mejor tarde que nunca.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías