Hacia la digitalización de las facturas
Las nuevas normativas representan una evolución natural hacia un entorno digital más sólido y confiable

Con la entrada del nuevo año, se han puesto en marcha importantes cambios normativos que impactarán directamente en el tejido empresarial español: nuevas bases de cotización para autónomos, nuevas reducciones en el IRPF en los inmuebles arrendados, incremento de las deducciones por donativos en IRPF e Impuesto de Sociedades y la digitalización de los procesos de facturación. Este último punto, en particular, promete marcar un antes y un después en la gestión de los negocios, tras un largo proceso de implementación que ha mantenido a las empresas en constante expectativa y que aún no ha concluido.
Con la cuenta atrás activada para la entrada en vigor de algunos cambios que afectan a la facturación, objetivos clave como la lucha contra el fraude fiscal y la reducción de la morosidad se sitúan en el centro del debate público. Pero, más allá de estos retos, las nuevas normativas en materia de facturación impulsan y refuerzan una finalidad todavía más trascendental: la necesidad de acelerar la digitalización del tejido empresarial como un paso imprescindible hacia un modelo económico más moderno y eficiente. Así, 2025 será un año crucial para la transición hacia un modelo digitalizado de la facturación en España.
Existen dos marcos legales principales que regularán esta transformación: la Ley Antifraude y la Ley Crea y Crece. La Ley Antifraude, desarrollada en el Reglamento de Sistemas Informáticos de Facturación (RD 1007/2023), establece requisitos técnicos para garantizar la integridad y trazabilidad de las facturas a través de un registro digital que se deberá generar por cada factura emitida. Su importancia en 2025 es fundamental: a partir del próximo 29 de julio, cualquier software de facturación que se comercialice deberá cumplir con estos nuevos estándares. En lo que respecta a las empresas que ya cuentan con un software de facturación, deberán adaptarse, según la propuesta (pendiente de aprobación) del Ministerio de Hacienda, el 1 de enero de 2026 en el caso de las personas jurídicas y el 1 de julio de 2026 para las personas físicas.
Por su parte, la Ley Crea y Crece se centra en la facturación electrónica para combatir la morosidad entre empresas y profesionales. Aunque su entrada en vigor será posterior y todavía no tiene fecha, puesto que no se ha aprobado todavía el Reglamento de Facturación Electrónica que debe regularla, será un pilar esencial para fomentar la transparencia en las transacciones cuando se implemente.
Así pues, las compañías desarrolladoras y comercializadoras de software son las primeras implicadas y llamadas a actuar en relación con estas nuevas normativas. Según el Reglamento de Sistemas Informáticos de Facturación, los programas de facturación adaptados a la legislación deberán registrar cada operación con un nivel de detalle que hasta ahora no era exigido: la aplicación deberá garantizar la integridad, conservación, accesibilidad, legibilidad, trazabilidad e inalterabilidad de las facturas. Así, la generación de un registro de facturación para cada factura emitida deberá estar, además, disponible para la Agencia Tributaria o bien enviarse directamente si se opta por la modalidad Verifactu. Estas novedades eliminarán prácticas habituales como la emisión de facturas con fechas incorrectas o la reutilización de números de factura, lo que redundará en una mayor transparencia.
Si bien estas exigencias representan un reto para muchas empresas, sobre todo pymes y autónomos, también ofrecen la oportunidad de optimizar procesos y ganar en eficiencia operativa. Las nuevas normativas representan una evolución natural hacia un entorno digital más sólido y confiable y, aunque la adaptación a estos cambios puede suponer un esfuerzo inicial para las empresas, sus beneficios a largo plazo son innegables: procesos más eficientes, mayor competitividad y una gestión alineada con los estándares actuales de transparencia y trazabilidad.
Sin lugar a dudas, 2025 marcará un punto de inflexión para la facturación en España, comenzando por la entrada en vigor de la regulación de los requisitos técnicos del software de facturación, y consolidando el papel de la digitalización como motor de transformación del tejido empresarial.
Èlia Urgell es product manager de fiscal y facturación en Wolters Kluwer Tax & Accounting España.