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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El impulso de Europa en defensa da cobertura para una incursión fiscal

En tiempos de guerra, las subidas de impuestos son la norma, en vez de la reducción del gasto social

Los líderes europeos, reunidos el domingo en Londres.

El oscuro panorama de la defensa europea tiene un lado positivo. La hostilidad de Donald Trump hacia los antiguos aliados de EE UU en Europa, ejemplificada por la reprimenda al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha desbaratado los acuerdos de seguridad del continente. Pero los líderes que se reunieron en Londres el domingo tienen un consuelo: la presión para rearmarse rápidamente les da cobertura para subir los impuestos.

Los Gobiernos europeos ya estaban tomando medidas para reforzar sus defensas antes de la disputa televisada de Trump con Zelenski. El primer ministro británico, Keir Starmer, se comprometió la semana pasada a aumentar el gasto militar de su país al 2,5% del PIB para 2027, con la ambición de alcanzar el 3% a finales de la década. Y los partidos que probablemente formarán el próximo Gobierno de Alemania están considerando la creación de fondos especiales para defensa e infraestructura, cada uno por valor de al menos 400.000 millones de euros, según tres fuentes cercanas. Las acciones europeas de defensa se dispararon el lunes.

La cuestión es cómo financiar estos gastos adicionales. Los analistas del grupo de expertos Bruegel consideran que costaría 250.000 millones aumentar el gasto en defensa en toda Europa del 2% del PIB al 3,5%, lo que probablemente sería un elemento disuasorio eficaz para Rusia. Alrededor de 150.000 millones de esa cantidad podrían provenir de fuentes paneuropeas como préstamos conjuntos, aunque esto plantea difíciles cuestiones. Dejaría a los Estados con la necesidad de recaudar colectivamente la misma suma de nuevo en un momento en que la deuda nacional de algunos miembros supera el 100% de la producción nacional, y la carga fiscal como proporción del PIB ya está en máximos de la posguerra.

Así, se supone que un mayor gasto en defensa significa recortar en otros ámbitos. Dado que la producción nacional británica es de 2,8 billones de libras (3,4 billones de euros), aumentar el gasto militar al 3% del PIB costaría unos 20.000 millones (24.000 millones) al año. La ministra de Economía, Rachel Reeves, podría financiarlo recortando el gasto, pese a que algunos departamentos ya han sufrido recortes drásticos, o aumentando el endeudamiento. Añadir el equivalente a 2 puntos porcentuales a la tasa básica del impuesto sobre la renta, o un aumento similar en el IVA, sería más polémico y violaría las promesas preelectorales.

Pero, en tiempos de guerra, los impuestos más altos son la norma. Investigadores del Instituto Kiel para la Economía Mundial analizaron 113 ejemplos de países que han aumentado su ejército desde 1870. Descubrieron que los préstamos y los impuestos adicionales tendían a hacer el trabajo fiscal pesado. El gasto público general se mantuvo, salvo algunas reasignaciones limitadas del gasto social.

La postura agresiva de Trump ha dado una oportunidad a Starmer, al próximo canciller alemán, Friedrich Merz, y a otros políticos europeos. Pueden decir legítimamente a sus poblaciones que todo ha cambiado. Es un rayo de esperanza en un panorama por lo demás sombrío.

Dinero sí, pero no armas

La abrupta decisión de Trump de detener la ayuda militar a Ucrania obliga a Europa a intervenir con la esperanza de cubrir el vacío. Bruselas tiene los medios financieros, pero no todo el equipo militar necesario para ayudar a Kiev a montar una defensa eficaz. Una opción, si se queda corta, es comprar a las empresas de EE UU.

Desde que Rusia invadió Ucrania, Europa (incluidos Reino Unido, Noruega y Suiza) ha aportado la mayor parte de la ayuda occidental a Ucrania, con 132 000 millones para apoyo civil y militar. Estados Unidos ha puesto unos 114.000 millones. Aproximadamente la mitad de la ayuda combinada de los aliados, o 120.000 millones, ha sido ayuda militar.

Si la financiación fuera el único problema, los europeos no tendrían mucho de qué preocuparse. Compensar los 38.000 millones anuales de ayuda total que Washington ha dado hasta ahora equivaldría a solo el 0,15% del PIB anual combinado del bloque, un error de redondeo.

Pero Europa tendrá dificultades para dar a Ucrania la ayuda militar oportuna que necesita para mantener a raya a las fuerzas rusas. Según autoridades ucranianas, el país puede seguir luchando otros seis meses sin el apoyo de EE UU. Kiev ya puede fabricar unos 4 millones de drones al año, según Zelenski. Pero necesita tanques y armas de defensa aérea, por no hablar de la inteligencia de EE UU sobre el movimiento de las tropas rusas.

Europa puede ofrecer sus tanques Leopard como sustitutos de los Abrams de EE UU. También tiene rivales franceses, alemanes o noruegos para el crucial sistema de defensa aérea Patriot, que ha sido vital para Kiev. En los últimos tres años, firmas como Rheinmetall, que tiene planes de establecer una planta en Ucrania, han comenzado a producir los proyectiles de artillería clave que necesita el país. Las empresas europeas entregaron un millón de estos en 2024 y están en camino de producir 1,5 millones este año. Pero la producción tendría que crecer al doble de ese nivel para satisfacer las necesidades de Ucrania. Además, las entregas de tanques y artillería más pesada no pueden producirse de la noche a la mañana: tardan meses en completarse. Luego, las fuerzas ucranianas tienen que ser entrenadas en el nuevo equipo.

Europa podría intentar comprar las armas necesarias a sus fabricantes de EE UU. Pero eso también requeriría decisiones rápidas, y el resultado dependerá de los caprichos de la Casa Blanca.

Los líderes de la UE se reúnen el jueves para debatir sobre el gasto militar. Afrontan la tarea urgente de ayudar a Ucrania a evitar un colapso en el campo de batalla.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías


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