Hipotecas más baratas para una vivienda en ebullición
El viento de cola de la banca ha soplado en 2024 aún más fuerte de lo que esperaban los meteorólogos más optimistas del sector


El viento de cola de la banca ha soplado en 2024 aún más fuerte de lo que esperaban los meteorólogos más optimistas del sector, que marca subidas en Bolsa del orden del 30% al calor de un festín de dividendos. Los buenos resultados a cierre de ejercicio deben tanto al contexto como a la labor comercial. Si en la primera mitad del año el sector mantuvo los elevados márgenes gracias a los tipos altos, a partir de verano ha tenido que lidiar con un recorte de 100 puntos básicos. Pese a que el traslado a la cuenta de resultados no es automático, el sector ha compensado el descenso con una mayor actividad crediticia, gracias también a la buena marcha de la economía y el empleo.
A medida que los tipos van a seguir bajando, las entidades buscan más volumen de negocio, por lo que el sector está preparado para una mayor competencia por la captación de créditos y de clientes, una pugna en la que las hipotecas son el arma más poderosa. En los próximos meses, a medida que los tipos se acercan a su suelo cíclico, podremos ver ofertas de hipotecas al 2%, actualmente inexistentes para el público en general porque los bancos ganan un 2,75% con la facilidad de depósito del BCE. Trabajan sobre un terreno más que abonado, con las compraventas de viviendas creciendo a ritmos que no se veían desde la burbuja.
El abaratamiento de las hipotecas supone un alivio para los aspirantes a la compra de vivienda. Sobre el papel la caída de tipos permite compensar, e incluso mejorar en los plazos más largos, la subida de los precios de las casas. Pero el efecto puede ser devorado en poco tiempo por un mercado intratable: dado que la mayoría de las viviendas se adquieren hipoteca mediante, la mejora en la accesibilidad puede fácilmente trasladarse al precio, y especialmente en las áreas donde el desequilibrio entre oferta y demanda es más abultada, donde los precios ya suben con fuerza sin necesidad de estímulos adicionales.
Otra cuestión, además, es en qué medida los bancos van a generalizar la concesión de crédito favorable. Es decir, si la guerra por las hipotecas llegará a todos. Y aunque hay señales de que pueden suavizar algo los criterios de préstamo (restringidos en estos años de tipos altos, según los datos del BCE), la barrera del 30% de los ingresos y concesión del 80% del crédito no se va a mover. Una buena noticia para la estabilidad financiera que, no obstante, puede dejar fuera de la mejora en el acceso a la vivienda a hogares con menos capacidad económica.