Las claves del día: vuelve el necesario debate sobre las altas parciales
El incremento de las bajas laborales provoca una razonable preocupación en la Seguridad Social

El incremento de las bajas laborales en España en los últimos años, especialmente desde la pandemia, provoca una razonable preocupación en el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, que lanzó hace unos meses a la palestra el debate sobre las bajas flexibles –es decir, que las bajas médicas se conviertan en altas de forma gradual– que provocó una fuerte reacción en los sindicatos. Ahora ha vuelto a sacar el asunto a colación, con una idea parecida, aunque sin utilizar un término que ya es anatema, como aquellos minipisos de la ministra de Vivienda María Antonio Trujillo, que para sí los quisieran muchos.
Los sindicatos muestran una comprensible prevención, pues introducir la posibilidad de un retorno gradual al trabajo al final de la baja médica podría dar lugar a abusos. UGT y CC OO sostienen que las altas parciales se concedan con criterios científicos. Todo lo que tiene que ver con la medicina posee un cierto grado de subjetividad, pero se puede encontrar un lugar de equilibrio que favorezca una vuelta progresiva, que, según algunos expertos, puede ser también beneficiosa para la propia recuperación del trabajador enfermo.
¿Quién, y con qué, va a pagar las pensiones?
Los jóvenes son el único grupo de edad que no ha recuperado el nivel salarial desde la crisis de 2008. No por repetidas hasta la saciedad, las cifras dejan de ser preocupantes: España lidera de forma aplastante el desempleo juvenil de la UE (lo dobla), y los que tienen la suerte de trabajar cobran salarios irrisorios que no les permiten emprender proyectos tan ambiciosos como poder vivir solos. En un país envejecido, las preocupaciones juveniles no dan muchos votos, pero no habría de olvidar la clase política que las pensiones no se pagan solas. Quizá por ahí, tocando los intereses de una base electoral mayor, se consiga una reacción.
El damnificado del desigual encontronazo entre Petro y Trump
La particular relación epistolar –por desgracia, lo más parecido en estos tiempos es intercambiar tuits– entre el presidente de EE UU, Donald Trump, y el de Colombia, Gustavo Petro, sobre las deportaciones ha tenido un efecto de segunda ronda: el precio del café arábica –cuyo segundo mayor exportador es el país latino– ha subido. El incidente muestra cómo se desarrollan las dinámicas de poder entre países: Petro se negó a aceptar que aterrizasen dos aviones con migrantes colombianos deportados, y Trump amenazó con imponer aranceles de hasta el 50% sobre sus productos. Y, aunque Petro respondió también con aranceles, a sabiendas del daño potencial, al final aceptó las repatriaciones. Pero en avión presidencial, que es más cómodo. La geopolítica es, muchas veces, una cuestión de tamaño.
La frase
Alcanzar un gasto en defensa del 2% sobre el PIB me parece difícil, pero, si se quiere alcanzar, no se puede incluir en el Pacto de Estabilidad europeoAntonio Tajani, ministro de exteriores de italia
Correr por correr, sin tener que llegar a ningún sitio en particular
Forrest Gump empezó a correr tras un desengaño amoroso. Cuando le preguntaron por qué corría y corría, dijo, sin embargo, que simplemente le apetecía. El hombre contemporáneo se cansa a veces de las comodidades, y se pone retos en apariencia exagerados si lo que se buscara fuera estar sanos, como correr 90 maratones en 90 días. Es lo que ha hecho el cantante Charles Costa, con un objetivo solidario, eso sí: recaudar fondos para prevenir el suicidio. Otros se enganchan a los maratones, o simplemente a correr, para dejar atrás otras adicciones. Al final, es difícil vivir sin estar enganchado a algo; quizá se trata de encontrar alguna adicción que nos siente medianamente bien y sea relativamente tolerable. O de hacer las cosas, como Forrest, porque nos apetecen.