Una solución para Talgo que no se demore más en el tiempo
El primer paso para resolver los problemas de capacidad es dar estabilidad al capital, y esa necesidad no ha cambiado desde que colapsara la alternativa magiar
El inversor vasco dispuesto a tomar las riendas de Talgo, la siderúrgica Sidenor, ha marcado una línea roja en el precio al que está dispuesto a pagar para adquirir un 29,9% del capital. Son cuatro euros por acción, una cifra que se encuentra un 20% por debajo de la contraprestación que llegó a proponer el consorcio húngaro Ganz-Mavag en la opa que registró el pasado mes de marzo y que fue vetada por el Gobierno en agosto por cuestiones de seguridad nacional tras un informe de la Junta de Inversiones Exteriores (Jinvex).
La oferta está lejos de las pretensiones del primer accionista de Talgo, el fondo Trilantic, pero es la única en efectivo registrada desde el verano. En contra de una mejora pesa la confirmación del martes, por parte de Renfe, de la penalización de 116 millones contra Talgo por el retraso de casi dos años en la entrega de 30 trenes de alta velocidad del nuevo modelo Avril. La cuestión no es menor, en tanto Sidenor compraría con esa losa adicional.
Por otro lado, la transacción cuenta con el apoyo del Ejecutivo de Pedro Sánchez y también del Gobierno vasco, lo que allana el movimiento. Incluso podrían movilizarse fondos públicos para su entrada en el capital de un fabricante necesitado de inversión en nueva planta. Ahora se exige al consejo de Talgo que facilite una revisión a fondo por parte de los potenciales compradores para agilizar el cambio de manos. La intervención del Gobierno, frenando una primera oferta por el 100% del capital, fue justificada por el riesgo que entrañaba dejar tecnología ferroviaria de vanguardia en manos de inversores cercanos a Rusia. Y el empeño desde entonces es que Talgo continúe en manos españolas. Se entiende.Con la irrupción de Sidenor tomó fuerza el proyecto de formar un consorcio vasco que se haga con el control de la icónica firma con raíces en Álava. En la recámara se ha mantenido durante meses la opción de que CriteriaCaixa acompañara a un inversor de perfil industrial, pero parece que ya no es necesario utilizar ese comodín.
Los planes industriales de Sidenor convencen, pero solo una opa por el 100% cubriría las expectativas de unos accionistas de Talgo que ya acariciaron los cinco euros por acción. En todo caso, es de suma importancia que el proceso adquiera velocidad de crucero y se disipen las dudas que puedan existir sobre el futuro de la firma. El primer paso para resolver los problemas de capacidad es dar estabilidad al capital. Esa necesidad no ha cambiado desde que colapsara la alternativa magiar. Al Ministerio de Óscar Puente le toca empujar.