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Editorial
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Nueve meses alimentando expectativas inciertas

Ha pasado ya tiempo suficiente para que el Ministerio de Trabajo sepa si es posible un acuerdo para reducir la jornada laboral en España

CINCO DÍAS
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz.
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz.Eduardo Parra (Europa Press)

Hace ya más de nueve meses que empezó la negociación de sindicatos, patronales y Gobierno para reducir la jornada ordinaria de trabajo de 40 a 37 horas y media. Es la promesa estrella del Ejecutivo, el eslogan del pacto que firmaron PSOE y Sumar para reeditar el Ejecutivo de coalición. Sin embargo, como tantas otras políticas que la alianza piensa llevar adelante, está en la cuerda floja.

Ya quedó claro que era casi imposible cuando sindicatos y patronales no alcanzaron un acuerdo por su cuenta. CC OO, UGT, Cepyme y CEOE pidieron al ministerio que les dejaran negociar sin tutelas, que al ser un asunto tan ligado a la negociación colectiva les dieran espacio para lograr un pacto entre patronal y sindicatos. Antes del verano, los actores del diálogo social reconocieron que no habían logrado avanzar.

Lo han vuelto a intentar con la participación del ministerio, pero la posibilidad de pacto sigue tan alejada como al principio. Las posturas siguen distanciadas. Tanto que los sindicatos inician este jueves una serie de protestas frente a las sedes de la CEOE repartidas por España. No parece el mejor indicador de que el consenso esté a la vuelta de la esquina.

PSOE y Sumar podrían acordar el cambio con los sindicatos y aprobarlo en el Consejo de Ministros como hicieron con la última subida del SMI, pero saben que con la fragmentación parlamentaria hay un elevado riesgo de que no prospere en el Congreso. Se puede presuponer el apoyo de los partidos de izquierdas, pero aún faltaría el concurso de PNV y Junts o del PP y Vox. El grupo vasco se ha mostrado a favor, mientras Junts no desvela su posición. La semana pasada, con la intermediación de Foment, CEOE intentó amarrar el rechazo del grupo catalán a la reducción de jornada, lo que dejaría la medida en manos del PP.

Cuesta imaginar que el principal grupo de la oposición, dispuesto a rechazar miles de millones para las comunidades autónomas que gobierna con su negativa a negociar los presupuestos, apoye al Gobierno en la reducción de jornada. Este martes Alberto Núñez Feijoo habló de trabajar más horas al día pero menos días de la semana, y en función del sector de actividad, en las antípodas de lo que plantean Trabajo y sindicatos. El margen parlamentario del Gobierno es el que es.

Sea como sea, ya han pasado nueve meses. Es tiempo de sobra para que el ministerio sepa si es posible un acuerdo con los agentes sociales y si hay agua en la piscina del Congreso. La promesa era que la jornada se reduciría a 38 horas y media este año, un objetivo cada día más abocado al fracaso. El Gobierno haría bien en concretar qué piensa hacer al respecto. Si puede sacarlo adelante, es el momento. Si no, convendría no generar falsas expectativas.


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