La solución de Google es distribución, tecnología y tiempo
La innovación avanza más rápido que los tribunales, pero IBM y Microsoft se distrajeron en anteriores juicios antimonopolio y perdieron nuevos mercados
Deshacer un monopolio de dos billones de dólares no es tarea fácil. El juez estadounidense Amit Mehta decidió a principios de este mes que Google, propiedad de Alphabet, había reforzado ilegalmente su posición como motor de búsqueda número uno. El problema es el dominio absoluto del mercado por parte de la empresa, que se basa en la acumulación de datos y el acceso a los usuarios.
Google maneja tantas consultas -más del 90% en Estados Unidos- que los datos resultantes pueden ajustar minuciosamente sus respuestas de una manera que los competidores no pueden. Al igual que los usuarios, también lo hace la publicidad: los vendedores quieren una gran audiencia, y Google la tiene. Un ejecutivo de la web de viajes Booking.com afirmó que “con mucho gusto gastarían más” en Bing, el motor de búsqueda rival de Microsoft, pero “está claro que no hay demanda”.
De ahí se derivan efectos negativos como la capacidad de Google para subir los precios a los anunciantes. La cuestión es que Alphabet impone esta dinámica de “a lo grande, a lo grande” firmando acuerdos exclusivos, como el de 20.000 millones de dólares por el puesto de búsqueda predeterminado en el iPhone de Apple. El tribunal lo consideró ilegal, ya que excluye a los competidores.
Un segundo juicio determinará qué hacer al respecto. Las autoridades antimonopolio están sopesando la posibilidad de separar el negocio de publicidad de texto de la empresa, según informa Bloomberg. Pero esto va contra el síntoma, no contra la enfermedad, que es que ningún competidor puede reunir suficiente tráfico.
La capacidad de Google para canalizar usuarios desde Android, que impulsa 2.500 millones de dispositivos móviles, y Chrome, el navegador web más popular, los convierten en objetivos obvios de desinversión. Sin embargo, la historia sugiere que tendrían dificultades: Sistemas operativos independientes como Symbian, antaño dominante, o navegadores como Firefox, tuvieron dificultades para competir con los servicios integrados de los gigantes tecnológicos. Mozilla, desarrollador de Firefox, obtuvo el 80% de su presupuesto operativo en 2021 de un acuerdo con Google.
Una solución duradera requiere tres factores: distribución, tecnología y tiempo. En primer lugar, impedir que Google bloquee el acceso de sus rivales a los usuarios con acuerdos de distribución exclusiva. Por supuesto, es posible que los usuarios se queden con el incumbente por costumbre: en Europa, donde Android pide a los usuarios que seleccionen los predeterminados, la cuota de mercado de Google no se ha movido.
Ahí es donde entra en juego la tecnología. Mehta señala que, a pesar de avances como ChatGPT, la inteligencia artificial aún no está desplazando a las búsquedas. Pero si Google no puede atrapar a los usuarios, la IA puede empezar a ganar cuota a medida que mejora, como está haciendo OpenAI con un acuerdo para integrarse con el asistente de voz de Apple.
Lo que hace falta, en última instancia, es tiempo. Google recurrirá, y la resolución puede tardar años. La tecnología avanza más rápido que los tribunales, pero IBM y Microsoft se distrajeron en anteriores juicios antimonopolio y perdieron nuevos mercados, como el de los smartphones. Si al menos se impide a Google hacerse con estos nuevos sectores, sus rivales tendrán una oportunidad de luchar.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Pierre Lomba Leblanc, es responsabilidad de CincoDías.
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