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Editorial
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Una semana que cambia la carta de navegación del mercado

Hay consenso entre los analistas en que los parqués se asoman a un escenario de alta volatilidad con los nervios a flor de piel

Un 'trader' en la Bolsa de Nueva York, en una imagen de archivo.
Un 'trader' en la Bolsa de Nueva York, en una imagen de archivo.Andrew Kelly (REUTERS)
CINCO DÍAS

A la inversa del manido cambiar todo para que nada cambie, esta semana en el mercado no ha cambiado nada, pero ha cambiado todo. Los niveles de los principales índices bursátiles son aproximadamente los mismos a los del viernes pasado: el Ibex está a apenas un 0,47% y el S&P 500 ya cotizaba el viernes por encima. No obstante, los cinco días transcurridos, incluido un lunes negro histórico en Asia un tanto descafeinado en Europa y Wall Street, han supuesto un cambio estructural en el mercado. Aunque la corrección de la Bolsa empezó a mediados de julio, la inyección de volatilidad del pasado lunes ha cambiado las coordenadas de un mercado que operaba marcado por la complacencia. Los analistas no se atreven, y en caso de atreverse no se ponen de acuerdo, sobre la dirección de los mercados. Pero sí hay consenso en que los parqués se asoman a un escenario de alta volatilidad con los nervios a flor de piel.

La fuerte subida de Wall Street en la sesión del jueves es un fiel reflejo: el S&P 500 marcó su mayor subida en un año y nueve meses a raíz de un dato, las peticiones de subsidio de desempleo, de carácter semanal y que resultó un poco mejor de lo previsto. La volatilidad funciona tanto al alza como a la baja, y es habitual que las mayores subidas de la Bolsa se produzcan en etapas turbulentas. El otro gran cambio en los mercados es son las perspectivas sobre los tipos de interés. Los mercados de futuros apuntan ahora a un recorte de 50 puntos básicos en Estados Unidos en septiembre como el escenario más probable.

Las rebajas de tipos siempre impulsan la Bolsa, lo que deja un dilema al bolsista a la hora de analizar los datos macro: según sople el viento, un buen dato puede ser malo para la Bolsa (porque reduce la probabilidad de bajadas de tipos) o puede ser bueno porque aleja la recesión. Hoy por hoy la prioridad del mercado es evitar la recesión, pero eso puede cambiar. Más volatilidad para el parqué.

Invertir nunca es una tarea fácil, mucho menos lo es en el contexto actual. Pero conocer el terreno ayuda. El entorno inestable permite dos aproximaciones al mercado: el inversor de perfil más conservador puede optar por activos que puedan mantenerse sólidos en pleno temporal. Y el más agresivo tiene la opción, por su parte, de intentar aprovechar las caídas puntuales para entrar en los activos más castigados, si es que considera los precios atractivos. El entorno financiero ha cambiado, por lo que los inversores deben adaptar sus cartas de navegación.

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