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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El exceso de carne de cerdo da ventaja a China en su lucha con la UE

Los precios mayoristas del porcino en el país asiático han caído un 50% desde su máximo de 2020

Una carnicería de Pekín.
Una carnicería de Pekín.WU HAO (EFE)

La Unión Europea está recibiendo más de lo que esperaba. Tras la medida adoptada la semana pasada por el bloque de imponer aranceles a las importaciones de vehículos eléctricos fabricados en China, Pekín ha abierto una investigación antidumping sobre la carne de cerdo importada y sus subproductos. Es un movimiento inteligente por parte de Pekín.

Puede que no parezca evidente a primera vista. El país es el mayor consumidor mundial de esta carne blanca y mantiene reservas estratégicas de carne congelada por si escasea. China es un país sensible a los precios de la carne de cerdo, algo agravado por la ponderación del producto en su índice de precios al consumo. Por tanto, evitar cualquier perturbación de las importaciones parece clave.

Pero el mercado nacional está sujeto a ciclos de auge y caída, exacerbados en los últimos años por la llegada de la peste porcina africana. Después de que la enfermedad acabara con casi la mitad de la cabaña de cerdos de China en 2019, los ganaderos volvieron al mercado. El exceso resultante ha hecho caer los precios al por mayor un 50% desde su máximo de 2020, según cifras del Ministerio de Agricultura.

Los envíos de España, Países Bajos, Dinamarca y Francia representaron casi la mitad del total de 6.000 millones de dólares (5.600 millones de euros, al cambio actual) en importaciones de carne de cerdo de China el año pasado. De España importa 1.500 millones de dólares; de Países Bajos, 559 millones, de Dinamarca, 556 millones, y de Francia, 358 millones. Sin embargo, en términos de volumen, supusieron una pequeña fracción de los casi 58 millones de toneladas que, según la oficina de estadística del país, se produjeron internamente.

Aun así, los productos agrícolas son uno de los sectores en los que la UE tiene superávit con China: el año pasado, sus exportaciones agroalimentarias ascendieron a 14.600 millones de euros. Bruselas es muy consciente de esta vulnerabilidad, y en abril envió a Pekín a su comisario de Agricultura para pedir a las autoridades chinas que excluyeran al sector de cualquier disputa comercial, según el Financial Times.

En mayo, el diario estatal chino Global Times informó de que empresas locales habían solicitado una investigación antidumping sobre las importaciones de carne de cerdo de la UE. Hace dos semanas, Wang Wentao, ministro de Comercio, visitó España, principal proveedor de carne de cerdo de China, para protestar abiertamente contra los aranceles de la UE. Ahora, los grupos españoles y daneses de la industria porcina presionan furiosamente a Bruselas para que encuentre una solución antes de que los gravámenes a los automóviles chinos entren en vigor el mes que viene.

El Global Times informó a principios de mes de que las empresas chinas también habían solicitado una investigación sobre las importaciones europeas de productos lácteos.

Además, los criadores de cerdos europeos no tienen la misma flexibilidad que permitiría a los fabricantes chinos de vehículos eléctricos eludir los aranceles de Bruselas, por ejemplo, trasladando la producción a otros mercados. De momento, Pekín lleva las de ganar.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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