La incertidumbre en Europa cotiza poco (por ahora)
La cita clave llegará en julio con las elecciones francesas, pero es indudable que la prima de riesgo político del continente ha aumentado
El mercado ha reaccionado con el pragmatismo que cabe esperar de los inversores cuando no son presa de uno de sus periódicos ataques de euforia o fatalismo. La oleada de euroescepticismo que ha marcado las elecciones europeas ha sido, sin lugar a dudas, significativa, pero no lo suficiente para alterar de forma sustancial el equilibrio de fuerzas en el Parlamento de Estrasburgo. En términos cuantitativos, la extrema derecha ha ganado peso y rozará el 25% de los escaños, frente al aproximadamente 20% de hace cuatro años. Más una ola que un tsunami. El bloque tradicional de socialistas y populares ha salvado suficientes votos como para paliar el impacto del mal resultado de liberales y verdes: los partidos europeístas tendrán más del 60% de los escaños y pueden, si quieren, reeditar la coalición actual, con el posible apoyo de los verdes. Un resultado que confirma, a grandes rasgos, las previsiones de las encuestas.
La sorpresa de la noche electoral vino de Francia, y más del Elíseo que de las urnas. El presidente Emmanuel Macron respondió a la gran victoria del partido de extrema derecha Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen con una sorpresiva convocatoria de elecciones legislativas, que se celebrarán en menos de un mes. Es un movimiento de elevado riesgo, y como tal lo ha interpretado el mercado. La sucesión de Macron es una inquietud que está en la agenda de medio plazo de los inversores; no debía aflorar hasta 2027, cuando tocan elecciones presidenciales, y la convocatoria ha colocado este riesgo en primer plano: si Le Pen gana las elecciones, el país debe afrontar la cohabitación (presidente liberal, Gobierno ultra) durante casi tres años. Un escenario donde la capacidad de realizar reformas y poner orden en las cuentas públicas estaría seriamente en entredicho. A ello se suma la extrema debilidad del Ejecutivo alemán.
Pese a llegar a caer casi el 2,5% por la mañana, al cierre los mercados moderaron el castigo sobre las acciones galas. Tienen motivos: las elecciones europeas son dadas a la escasa participación y a las sorpresas; no son extrapolables a la Asamblea Nacional francesa. Además, los comicios serán a doble vuelta, lo que permite la agrupación de voto en contra de la extrema derecha que ha operado en otras convocatorias. Una segunda lectura que no disipa el riesgo; simplemente mitiga el impacto inicial. La cita clave llegará en julio, pero es indudable que, después del 9J, la prima de riesgo político europeo ha aumentado.
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