Las claves: la amplia red de conexiones políticas de Forestalia, y el contagio español de Portugal
El fichaje de Soria por la empresa de renovables se suma a otros altos cargos de PP y PSOE
Alberto Garzón, exministro de Consumo, renunció hace poco a fichar por la consultora de José Blanco (exdirigente socialista), que da servicio, por ejemplo, a empresas del sector del juego, muy atacadas por aquel. Ahora es José Manuel Soria, ministro de Industria hasta 2016, y artífice del recorte retroactivo de las primas a las renovables –que provocó un sinfín de demandas de las empresas afectadas, y los consecuentes arbitrajes–, quien ha fichado por la firma de renovables Forestalia. En realidad, según esta empresa, su relación empezó ya en 2018.
Forestalia no construye la mayoría de los proyectos, sino que los promueve y los traspasa, sobre todo en Aragón. Allí, el gobierno de PP (el partido de Soria) y Vox han abierto una investigación, con el apoyo de todos los partidos, salvo el PSOE, sobre la implantación de las instalaciones verdes en los últimos años. A las conexiones de la compañía con altos cargos tanto populares como socialistas se suma ahora la de Soria. Es hasta cierto punto comprensible que las empresas busquen expertos de su sector, incluso en la política. Pero en este caso viene a cuento el dicho de la mujer del César.
Los puntos de recarga ‘fantasma’, otro obstáculo para el coche eléctrico
En España hay casi 8.000 puntos de recarga para vehículos eléctricos fantasma, es decir, fuera de servicio. En total son casi 30.000 (solo un 5% de ellos de alta potencia), y aun así son pocos, según la patronal del automóvil, Anfac. Deberían ser 45.000, todos a plenas facultades, para dar servicio a la flota de nuevos modelos. Los puntos inactivos están pendientes de autorización para su uso, o de mantenimiento.
La demanda de los coches de batería se ha frenado en el mundo; en España nunca ha llegado a ser muy elevada, en parte por el problema logístico mencionado.
Portugal se contagia (un poco) de la inestabilidad española, sin que afecte al mercado
El resultado de las elecciones portuguesas parece indicar un castigo a la presunta corrupción del Gobierno en funciones. El país se encamina a la inestabilidad de los Ejecutivos en minoría, que tan bien conocemos en España. Aunque, como también ocurre aquí, a los mercados apenas les ha afectado. En otras cosas, ambos países ya no se parecen tanto. El centroderecha portugués asegura que no pactará con la extrema derecha: conviene recordar que allí están prohibidos los partidos nacionalistas, de modo que no puede haber uno equivalente a Bildu, por ejemplo. Del mismo modo, cuando se pone a Alemania de ejemplo de democracia, porque allí se aísla a la ultraderecha, se olvida que allí sí que se dan coaliciones entre socialdemocrátas y conservadores, algo impensable aquí.
La frase del día
“TikTok es una amenaza para la seguridad nacional de EE UU, pero no puedo apoyar que el Congreso la prohíba, porque eso impulsaría a Facebook, que es el enemigo del pueblo”
Donald Trump, aspirante republicano a la Casa Blanca
De Hollywood al proyecto Manhattan: cómo aglutinar el talento mundial
Las estrellas de la NBA proceden cada vez más del extranjero, y lo mismo ocurre con el cine de Hollywood. Es una tendencia general en Estados Unidos: importar el talento foráneo, a veces fagocitándolo. Ocurre con la ciencia; el proyecto Manhattan, del que habla la ganadora del Oscar a la mejor película, Oppenheimer, fue justamente una conjunción de figuras de la física, muchas de ellas huyendo de la guerra, en pos de encontrar la bomba nuclear. Y con las empresas tecnológicas: ahí están CEO como Sundar Pichai (Google) o Satya Nadella (Microsoft), ambos procedentes de India. Esa capacidad para mezclar a gente de todo el mundo explica en buena medida el papel preponderante de EE UU en el tablero mundial. Mucho tendrá que crecer su sobrevenido proteccionismo para darle la vuelta.
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