Un inicio de año volátil en el empleo
Pese a las indiscutibles buenas cifras de febrero, es pronto para aventurar cómo evolucionará el ritmo de crecimiento del mercado laboral en los próximos meses
El mercado laboral español ha cerrado febrero con unas cifras excelentes que contrastan con las que se registraron en enero, que fueron más flojas de lo previsto. El segundo mes de este 2024 ha terminado con algo más de 100.000 nuevos empleos, el mayor crecimiento registrado desde 2007, y con una cifra de ocupación de 20,71 millones de trabajadores en lo que supone la cota más alta registrada nunca en un mes de febrero. Del análisis sectorial de esos datos se concluye que la mayor parte de los nuevos empleos provienen de la educación y de la hostelería, algo que entra dentro de lo habitual en este período del año, pero que en el caso del turismo se justifica especialmente por el desempeño extraordinario y los valores récord de afluencia que está registrando esta industria.
Aunque los datos de afiliación son muy positivos, el buen balance con el que ha terminado febrero se refuerza también por el indicador del paro, que se ha reducido en 7.452 personas, un recorte que contrasta, por ejemplo, con el registrado en el mismo mes de 2023, un año que fue muy sólido para el empleo, pero en el que se produjo un aumento del desempleo en febrero. La ligera caída del paro de este segundo mes de 2024 deja a España con 2,76 millones de desempleados, la menor cifra en este mes desde 2008.
Pese al excelente comportamiento del mercado en febrero y el buen balance del año pasado, es pronto para aventurar un diagnóstico sobre cómo evolucionará el empleo en los próximos meses, especialmente a la vista de la aparente volatilidad que arrojan las cifras de estos dos primeros meses de ejercicio. La evolución del empleo durante 2023 fue el reflejo no solo de la legislación laboral, sino de las constantes vitales de una economía española que sigue liderando el crecimiento en la zona euro, pero cuyo ritmo de crecimiento se ha ido desacelerando y que afronta este año, como el resto de las economías europeas, un horizonte sustancialmente más gris y que tendrá su lógica repercusión en el mercado de trabajo.
Junto al mantenimiento de un ritmo sostenido de creación de nuevos puestos de trabajo, el mercado laboral sigue teniendo ante sí dos grandes retos. Por un lado, la recuperación de la productividad, cuya media anual es del 0,7% desde principios de este siglo, frente al 1,1% que registra la UE en su conjunto, y por otro, la lucha contra una tasa de paro que sigue situando a España a la cabeza de Europa –con un 11,7% frente a la media comunitaria del 5,7%– y en la que el desempleo juvenil destaca como una seria advertencia de cara al futuro.
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