Las alternativas a las grandes tecnológicas, y la competencia fiscal interna en EE UU
La vieja Europa reivindica los valores ‘Granolas’
La vieja Europa reivindica los sectores empresariales más clásicos para atraer a los inversores. Hay farmáceuticas, y compañías de bienes de consumo, de lujo y de tecnología, muy sólidas y con gran liquidez que resultan opciones razonablemente fiables. Son, por ejemplo, GSK, Roche, ASML, Nestlé, Novartis, Novo Nordisk, L’Oreal, LVMH, Astrazeneca, SAP y Sanofi, cuyas iniciales forman el acróstico Granolas, creado por Goldman Sachs. No todas mejoraron en Bolsa el año pasado, pero la mayoría tienen carácter defensivo, y, sobre todo, componen una cesta más variada, para reducir el riesgo.
Novo Nordisk es la gran favorita de los mercados en los últimos meses, porque promete, quizá de forma demasiado optimista, revolucionar el tratamiento de la obesidad. SAP o ASML se apoyan en las buenas perspectivas de la inteligencia artificial o los semiconductores.
Para quienes prefieran mantenerse un poco al margen de la fiebre de internet, y buscar unos múltiplos más asequibles, estas compañías representan una forma tranquila de hacerlo.
El dinero del Golfo sigue escalando en empresas estratégicas europeas
e&, la teleco de Emiratos Árabes, entró en Vodafone con prudencia máxima, apoyando a la dirección de entonces; pero luego defendió un cambió en el equipo gestor, y ahora tendrá también un consejero, el propio consejero delegado de la compañía accionista.
En Telefónica, la operadora saudí STC compró un 5% y aspira a otro 5%, y por ahora no tiene intención declarada de aspirar a gobernar la empresa; pero las cosas pueden cambiar, como muestran los movimientos de la rival británica de la española. El dinero del Golfo sigue ganando posiciones en sectores estratégicos europeos, frente a la resistencia de sus Gobiernos.
Bezos aprovecha la competencia fiscal entre estados de EE UU
Elon Musk habla y actúa casi siempre contra algo o alguien (con o sin razón), así que no es de extrañar que sus decisiones resulten especialmente polémicas; pero no se diferencian tanto de las que toman otros multimillonarios más diplomáticos. Es el caso de Jeff Bezos, que se mudó de Seattle (Washington, donde gobiernan los demócratas), donde tiene su sede Amazon, a Miami (en la republicana Florida), teóricamente para estar más cerca de sus padres y de su empresa espacial, Blue Origin. Casualmente, o no, acaba de vender 4.100 millones de dólares en acciones en cuatro días; si lo hubiera hecho en Seattle, habría tenido que pagar un impuesto del 7% sobre las plusvalías. En los últimos años, Bezos, tradicionalmente votante demócrata, ha criticado a Joe Biden por sus políticas fiscales.
La frase del día
“Hemos visto las declaraciones de Trump sobre que Europa debe gastar más en defensa, pero para ser justos recordemos que, cuando era presidente de EE UU, este fue uno de sus principales mensajes, que usó en sus relaciones con los miembros de la OTAN. No ha dicho nada nuevo”
Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin
Swift ayuda a que crezca Lyft, mientras defiende sus vuelos en jet privado
Los conciertos de Taylor Swift o Beyoncé, así como los eventos deportivos, han ayudado a que mejoren los resultados de Lyft, la compañía de VTC que rivaliza con Uber en EE UU. Swift, que está en todas las salsas, ha sido protagonista de una polémica que tiene que ver con el transporte, por el uso de su avión privado, mientras hace campaña contra el calentamiento global. La cantante ha atacado a Jack Sweeney, creador de un portal que rastrea los movimientos de los jets de los más ricos. Swift se ha defendido argumentando que hay muchos otros famosos que hacen lo mismo. La opción más práctica para compensar el impacto ambiental de estos vuelos sería que los Gobiernos, tan preocupados por el medio ambiente, incrementaran los impuestos que pagan sus usuarios.
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