El camino de vuelta de la CNMC, y el empeño de Rusia en decepcionar a Occidente
La disgregación de la agencia de energía señala el cambio de tendencia en los reguladores
Mantener todos los reguladores sectoriales combinados entre sí, y también con el de competencia, como ocurre ahora con la CNMC, tiene seguramente una ventaja, y es que hay menos cargos públicos, y, por tanto, menos sueldos que pagar; aunque tampoco será mucha la diferencia, porque en los niveles inferiores del escalafón hay que seguir contratando una cantidad similar de expertos en los distintos ramos. Ahora se va a recorrer el camino de vuelta de la gran concentración ejecutada por el Gobierno de Mariano Rajoy, con la disgregación de la Comisión Nacional de la Energía. El resto, por ahora, se quedan donde están, ante la falta de impulso político para ello.
La principal ventaja de una separación entre las distintas agencias debería de ser que sus comisionados conozcan más a fondo cada sector particular; también, que sus decisiones se tomarán al margen de la situación del resto de ámbitos de la economía. No cabe descartar que, en un futuro, otro Ejecutivo considere de nuevo que es mejor dar poderes absolutos a una gran agencia reguladora.
Las sicavs más rentables muestran que a veces no hay que pensar tanto
Masira Inversión, la sicav más rentable en los últimos cinco años, un 422%, apuesta por el transporte marítimo en general, y de petróleo en particular. El conflicto del mar Rojo le está beneficiando últimamente, pero las perspectivas son de un exceso de flota a medio plazo, por lo que quizá le interese remodelar su cartera. Remellan Global Allocation busca ineficiencias en los diferenciales de deuda pública; y 1948 Inversions no se complica la vida, y apuesta por las grandes tecnológicas o las principales del Ibex. Un ejemplo de que no hay que romperse la cabeza para ganar dinero en Bolsa, sino encontrar el momento adecuado.
Rusia defrauda las previsiones de Occidente de que se hundiría rápidamente
La economía del ruso de a pie, saqueado por las élites, no estaba muy boyante ya antes de la guerra de Ucrania, pero no se ha hundido clamorosamente, como predecían los políticos de la UE y EE UU, que tenían que dar confianza a los votantes ante la crisis energética. Moscú sigue vendiendo petróleo y gas (ahora más a China y a India), aunque ha perdido a uno de sus mejores clientes, Alemania, y consigue importar tecnología militar clave a través de una compleja trama de empresas intermediarias. La fantasmagórica presencia de Rusia en Occidente no es cosa de estos dos últimos años: que se lo digan al juez que investiga la trama rusa del procés independentista, por ejemplo. El interesado apoyo de China es crucial para que Rusia pueda seguir sorteando las sanciones.
El impuesto a la banca acaba encontrando motivos para justificarse
Los beneficios de la banca en 2023 han venido a justificar en parte la aplicación del impuesto extraordinario al sector, inicialmente temporal, aunque ya se ha prorrogado un año, y se está buscando cómo hacerlo permanente: sigue la tradición de que en España los tributos acaban haciéndose fuertes.
Los resultados de las entidades dispararán un 35% la recaudación: 1.413 millones, 400 millones más que el año anterior. Aunque los niveles de tipos de interés, que están potenciando los márgenes bancarios, no son extraordinarios, sí es llamativo lo poco que se han trasladado a los intereses de los depósitos, dada la abundancia de liquidez de la industria. Aunque tuviera algunos tintes de demagogia, el impuesto ha acabado encontrando argumentos.
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