La mejor inversión para Arabia Saudí sería... Gaza
Si organizara una conferencia de paz y ofreciera dinero para Palestina, Bin Salmán podría mejorar su reputación
La guerra de Gaza deja a Mohamed Bin Salmán ante una disyuntiva. El príncipe heredero saudí podría seguir usando los 700.000 millones de dólares del Fondo de Inversión Pública (PIF) para comprar baratijas corporativas y deportivas occidentales. Más previsor sería ayudar a Palestina.
Tras meses de guerra, eso podría parecer inverosímil. Pero es posible imaginar un escenario mejor. Si Israel se deshace del desacreditado Gobierno de Benjamin Netanyahu, uno más moderado podría reabrir las conversaciones de paz. Se podría promover una nueva versión de la Iniciativa de Paz Árabe de 2002, a fin de normalizar las relaciones de Israel con sus vecinos y de crear un Estado palestino. Se podría ofrecer a los palestinos financiación y ayuda diplomática.
No está claro quién dirigiría una Palestina de posguerra. Pero el plan convendría a Bin Salmán, que ya dialogaba con Israel antes del 7 de octubre. Su plan Vision 2030 para alejar la economía saudí del petróleo requiere 100.000 millones anuales de inversión extranjera directa para 2030, pero en 2022 solo logró 33.000 millones, incluso después de revisar su metodología. Garantizar lo que se necesita requiere un Oriente Próximo más tranquilo.
Pese a los 120.000 millones en ingresos netos adicionales por exportaciones de petróleo que recibió Riad en 2022 respecto a 2021, no dispone de recursos ilimitados para Gaza. El reino puede tener déficits hasta 2026, según Capital Economics. Si el crudo cae, grandes proyectos como Neom, la ciudad insignia del mar Rojo, podrían sufrir recortes de capex.
Pero una razón clave por la que las entradas de IED en Arabia Saudí se han estancado es el recelo de los inversores extranjeros hacia Bin Salmán tras el asesinato de Jamal Khashoggi. Si el líder saudí organizara una gran conferencia de paz y ofreciera miles de millones en ayuda a la reconstrucción, podría mejorar su reputación. Los líderes e inversores occidentales podrían verle más como un estadista y menos como una bala perdida.
Seguiría siendo un uso arriesgado de los recursos. Pero muchas de las apuestas de PIF, como su apuesta por Vision Fund, de SoftBank, salieron mal sin reportar beneficio político. Si los inversores de EE UU y europeos se sintieran más tranquilos la hora de dirigirse a Riad, podría ser la mejor inversión que Bin Salmán haya hecho jamás.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías
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