El Banco de España y la pista del dinero, y la IA y el pensamiento único
El supervisor, a la caza de riesgos bancarios
La labor supervisora de una autoridad financiera tiene mucho del juego del gato y el ratón: las entidades supervisadas suelen aceptar con más resignación que entusiasmo que personas del sector público tengan capacidad de decisión sobre el cóctel de rentabilidad y riesgo que se debe aplicar. Mientras los ejecutivos aspiran a presentar a sus jefes (y estos a sus inversores) mejores datos cada trimestre, las autoridades temen que estas cifras estén larvando riesgos en el medio plazo. La historia reciente inclina la balanza hacia el lado de los supervisores. Dentro de ese juego, las autoridades aplican una versión de la vieja táctica detectivesca de seguir el rastro del dinero: las remuneraciones excesivas en finanzas pueden ser un incentivo perverso para la asunción de riesgos en un sector sistémico. Así, el Banco de España quiere tener bajo control no solo a la alta dirección de las entidades, sino también a cuadros medios con poder de decisión (para lo bueno y para lo malo), no tanto con fines moralizantes (los datos son de uso interno) sino como un sistema adicional de alerta temprana.
Los bancos privados no pueden quejarse de cómo les tratan los centrales
Los bancos están obligados a mantener unas reservas mínimas en depósitos de sus bancos centrales. Lo normal sería que recibieran a cambio los correspondientes intereses, pero como el BCE parte y reparte, en julio decidió que a partir de este otoño ya no se remunerarían esas reservas, porque les estaban resultando muy onerosas a él y a sus homólogos nacionales. Las entidades privadas tampoco pueden quejarse demasiado, porque en los últimos años han disfrutado de líneas de liquidez muy ventajosas, gracias a las cuales están ahítas de efectivo y procrastinan la competencia por los clientes.
La inteligencia artificial y el peligro del pensamiento único
Se le llama inteligencia artificial porque ha sido creada por el hombre, así que, en puridad, cualquier tecnología lo es. Pero como ocurre con cualquier otro nombre que se pone de moda, mencionarla atrae automáticamente la atención de, por ejemplo, los inversores. Es el tecnopostureo, equivalente al ecopostureo en la inversión sostenible.
Otra ramificación del asunto es su uso en la inversión automatizada, que no deja de ser una evolución de lo que lleva ya décadas sucediendo. Igual que ocurre con los ETF, hay una tendencia cada vez mayor a la uniformidad en las decisiones de mercados, lo cual puede provocar efectos de bola de nieve, sistémicos. El problema no es tanto que la inteligencia sea artificial o natural, sino que el pensamiento sea único.
Subir el alquiler es más sencillo para los caseros que hacer cuentas fiscales
La cohabitación entre el poder central, ostentado por PSOE y Sumar, y la mayoría de las comunidades, gobernadas por el PP va a dar lugar a numerosas paradojas en los próximos años. Véase la bonificación del 90% en el IRPF a los rendimientos del alquiler de los caseros que bajen un 5% las rentas en las llamadas zonas tensionadas, previsto por la ley de vivienda. El boicot de los populares a determinar estas zonas (que es responsabilidad autonómica) impediría su aplicación.
Es dudoso hasta qué punto funcionaría esta estrategia, en todo caso. Siempre es más sencillo subir directamente el alquiler que hacer cuentas para ver si sale a cuenta la deducción fiscal. El bloqueo político les evitará con gran probabilidad ese dilema.
Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, X y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días