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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La emergente Digi será la mosca cojonera de las fusiones de las telecos

Aprovechará la concentración del sector para acaparar cuota de mercado, como hizo Iliad, de Xavier Niel, en Italia

Digi
Puesto de Digi en el centro comercial Plaza Norte 2, en San Sebastián de Los Reyes (Madrid).Foto cedida por la empresa

La rumana Digi Communications puede ser la mosca cojonera de una esperada ola de concentración en las telecomunicaciones europeas. Las fusiones y adquisiciones han sido consideradas durante mucho tiempo como la cura para los adormecidos operadores tradicionales europeos. Pero es probable que la empresa, valorada en 850 millones de dólares, utilice este tipo de operaciones para acaparar cuota de mercado.

El millonario transilvano Zoltán Teszári construyó su fortuna como empresario de la televisión por cable en los años noventa, y más tarde, en 2007, lanzó las operaciones de telefonía móvil de Digi. La empresa, actualmente el mayor grupo de telecomunicaciones de Rumanía, también opera en España e Italia, y está preparando su entrada en Portugal y Bélgica. El 28 de agosto firmó un acuerdo de cinco años para asociarse con Proximus, teleco belga controlada por el Estado, y obtener acceso mayorista a su red móvil. Y Dixarobil, filial de Digi, ganó en 2021 una subasta de bandas de frecuencia en Portugal, donde empezará a prestar servicios en 2024.

Los ingresos anuales de Digi aumentaron un 17%, hasta los 1.500 millones de euros, el año pasado, y se calcula que crecerán un 10% anual hasta 2025, según LSEG.

Parece que Teszári, actual presidente de Digi, que cotiza en la Bolsa de Bucarest y posee el 60% de las acciones de la empresa, será el gran beneficiado de la alianza entre Orange y MásMóvil en España. Este acuerdo es una prueba de fuego para las fusiones europeas, ya que reducirá de cuatro a tres el número de operadores de telefonía móvil en el país.

Los directivos de las empresas de telecomunicaciones confían en que este tipo de acuerdos, que también podrían producirse en Italia y Francia, les proporcionen mayor escala y poder de fijación de precios. Pero los organismos antimonopolio de la UE temen que un menor número de operadores merme la competencia y hasta ahora han bloqueado los acuerdos o impuesto duras medidas correctoras. Por eso Digi ha acordado comprar activos de Orange y MásMóvil, informó Bloomberg el 29 de noviembre, lo cual podría facilitar la operación, valorada en 18.600 millones de euros.

El magnate francés Xavier Niel ofrece un precedente preocupante. Ya en 2018, 3 Italia, de CK Hutchison, y Wind Telecomunicazioni, de VimpelCom, se vieron obligadas a vender activos a la firma Iliad, de Niel, para despejar una fusión diseñada para crear el tercer mayor jugador de Italia, Wind Tre. Desde entonces, Niel ha ganado cuota de mercado ofreciendo tarifas reducidas, y el mercado italiano sigue siendo feroz. Los ingresos anuales de Wind Tre disminuyeron un 6% el año pasado, mientras que el ebitda se redujo un 19%.

El modelo de Digi puede suponer una ventaja. Depende de la barata mano de obra rumana para construir su infraestructura española, un modelo que Teszári podría replicar en Portugal. A pesar de su pequeño tamaño, es tan rentable como otras empresas internacionales mucho mayores. Se espera que el año que viene convierta el 34% de sus ingresos en ebitda, superando el margen del 31% de Vodafone, según las previsiones de LSEG.

El tamaño es un punto débil. Digi carece del acceso al capital de sus grandes rivales europeos, lo que puede dificultar la negociación de acuerdos. Aun así, Teszári ha evitado atiborrarse de deuda: su grupo tenía una modesta ratio de apalancamiento de 2,3 veces el ebitda a 31 de diciembre de 2022. Además, cotiza a un respetable precio de 4,6 veces el ebitda futuro, incluida la deuda, según datos de LSEG, ligeramente por encima de empresas similares como Vodafone o Telefónica. Esto le permitiría obtener capital fresco si fuera necesario.

La ambición de Teszári puede ayudar a los grupos de telecomunicaciones tradicionales europeos a concentrar sus operaciones nacionales. Pero puede que el futuro sea tan difícil como el pasado.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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