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Análisis
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Por qué España tiene un sector de defensa fuerte, eficiente y competitivo

La industria ha generado beneficio económico y supuesto un gran desarrollo para el país. Ahora afronta nuevas incertidumbres, pero también oportunidades

Ángel Escribano
Felipe VI en el Centro Nacional de Adiestramiento San Gregorio, en Zaragoza.
Felipe VI en el Centro Nacional de Adiestramiento San Gregorio, en Zaragoza.efe

El pasado 2022 fue un año que alteró gravemente el panorama geopolítico del mundo y 2023 no se está quedando atrás. Las noticias que a diario nos llegan de Israel y la franja de Gaza ponen de manifiesto, una vez más, que el equilibrio geopolítico internacional pende de un hilo. Y la estabilidad política o, mejor dicho, la inestabilidad política afecta a todo. Afecta a la economía, a las relaciones internacionales, al empleo, a la sociedad… sin olvidar lo más importante, la pérdida de vidas humanas.

Frente a la dura y constatable realidad, España y su industria de defensa tienen que estar a la altura de las circunstancias, desarrollando un tejido productivo con empresas de mayor envergadura y capaz de competir en el escenario internacional al máximo nivel, especialmente en los grandes programas europeos.

En este contexto, hay que considerar a la industria de defensa desde el punto de vista de su aportación a la economía, generación de empleo de alta cualificación, tecnología, innovación y desarrollo de talento, sin olvidar la obligación del mantenimiento de la paz. Y España es un buen ejemplo de todo ello.

La industria de defensa española se caracteriza por la inversión constante en innovación (solo en 2022, el sector destinó 1.367 millones de euros a la inversión en I+D+I), lo que dota a las Fuerzas Armadas de la última tecnología en sus sistemas, y le permite a su vez contar con la soberanía necesaria para evitar la dependencia de terceros y ser autosuficientes.

Además, en línea con la estrategia industrial de defensa marcada por el Ministerio, los consorcios y programas fruto de la colaboración empresarial, como Tess Defence con el VCR 8x8 o el VAC, están marcando la tendencia habitual del sector de defensa español, que está viendo cómo la unión de las capacidades de cada compañía está dotando a nuestro país de un fuerte tejido industrial. Y esta dinámica de colaboración está permitiendo convertir a España en un actor sólido en el panorama internacional, a la altura de nuestros socios europeos con los que, precisamente, diversas empresas españolas están colaborando a través de su participación en los principales programas de defensa europeos.

La industria española de defensa ha generado también beneficio en el ámbito económico y ha supuesto un gran desarrollo para nuestro país. Si lo ejemplificamos con cifras, durante el año 2022, el sector de la defensa aportó más de 17.000 millones de euros al Producto Interior Bruto (PIB) del país, lo que equivale al 1,3% del PIB total. Además, la facturación de la industria alcanzó los 7.139 millones de euros, lo que representa un incremento del 8′4% en comparación con el ejercicio anterior.

Y la inversión en economía es inversión en talento y, por tanto, en creación de empleo. Solo en el sector de defensa, el volumen de empleo directo e indirecto superó en 2022 los 100.000 puestos de trabajo, con un impacto sobre el PIB nacional del 0,7%. Un empleo de calidad y bien remunerado que ya es un espejo en el que se miran otros sectores. Pero la amplia cadena de suministro vinculada al sector hace que la creación de empleo afecte también a ramas de fabricación y a aquellas vinculadas a la tan necesaria formación profesional.

Por otra parte, es importante resaltar la dualidad de los desarrollos de defensa, ya que una tecnología creada en el ámbito militar puede tener su aplicación en el ámbito civil. Buen ejemplo de ello son los sistemas electroópticos generados inicialmente para este sector que actualmente están presentes en el SIVE de la Guardia Civil y tienen, por tanto, una finalidad distinta, que no es otra que garantizar la seguridad en nuestras fronteras.

En definitiva, es más que notable el efecto multiplicador de esta industria en la actividad económica del país, pues de cada euro invertido se generan 2,5 euros de retorno económico. Su contribución al empleo, la inversión en I+D, la exportación y la seguridad nacional son razones más que suficientes para reconocer su importancia estratégica.

Además, debido al actual escenario y gracias al incremento de los presupuestos de Defensa hasta un 2% del PIB, España se está equiparando en inversión a otros miembros de la Unión Europea, consolidándose como un país competente en materia de defensa y seguridad.

Nos encontramos ante un escenario de nuevas expectativas e incertidumbres, pero también de oportunidades. En 2024 se celebrarán elecciones tanto en el Parlamento Europeo como en Estados Unidos, con la trascendencia que comportan en el ámbito legislativo global, por lo que habrá que estar atentos a su posible repercusión dentro de nuestras fronteras y a las posibilidades que se abren para nuestras exportaciones.

La paz en nuestra región precisa del compromiso de España y de un sector de defensa fuerte, tecnológicamente potente y comprometido con la democracia y la libertad. Es el momento de demostrar que la industria de defensa española está capacitada para todo ello y comprometida en impulsar el progreso en nuestro país.

Ángel Escribano es presidente de Escribano Mechanical & Engineering y de The Space & Defense Industry Institute

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