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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La minera australiana Fortescue y el ‘ecopostureo’ inverso

El absolutismo ecologista de su fundador está provocando deserciones en su ejecutiva

Andrew Forrest, presidente de Fortescue Metals.
Andrew Forrest, presidente de Fortescue Metals.reuters

Perder a un miembro clave de un equipo en una semana puede ser una desgracia; perder a dos, parafraseando a Oscar Wilde, parece una imprudencia. La australiana Fortescue Metals ha ido más allá.

Fiona Hick, CEO de la minera de hierro, dejó el cargo de forma abrupta el 27 de agosto, apenas seis meses después de su estreno. El día 30 se marchó la jefa financiera, Christine Morris, y el viernes 1 de septiembre, Guy Debelle, exvicegobernador del banco central, dejó su puesto en el consejo de la unidad de renovables. La agitación está provocando volatilidad en la acción. El fundador y presidente ejecutivo, Andrew Forrest, conocido como Twiggy, ha introducido un nuevo riesgo: el ecopostureo inverso.

El ecopostureo suele consistir en que una empresa y sus ejecutivos fijen objetivos que sus políticas no cumplirán, o lancen productos que no logran los resultados ambientales pretendidos. Forrest le está dando la vuelta a eso. El miércoles, afirmó que la “única razón” por la que la gente abandonaría la empresa que dirige era que no estuvieran de acuerdo con su plan de reducir las emisiones de gases.

Está haciendo un gran esfuerzo para lograrlo, fijando un ambicioso objetivo de cero emisiones reales en sus operaciones de mineral de hierro para 2030, lo que implica no comprar compensaciones, que él califica de “trato fáustico” y “farsa”. También está dando un gran impulso al hidrógeno verde y, en los dos últimos años, ha desviado el 10% de los beneficios de la minería a Fortescue Future Industries, la nueva filial de renovables. Y su postura es muy clara.

Su enfoque de la transición energética está forzando muchos cambios en la empresa en poco tiempo. Eso quizá explique parte de la agitación en las filas de los últimos tres años. Pero tanto Hick como Morris fueron contratados después de que se pusieran en marcha estas nuevas estrategias y tras una larga búsqueda, de alrededor de un año en el caso de Hick. Ese proceso seguramente implicó discusiones rigurosas para asegurarse de que estaban de acuerdo con los objetivos y métodos de Forrest.

Desprenderse tan rápidamente de tantas personas sugiere que había diferencias de opinión sobre cómo alcanzar los objetivos, no sobre si hacerlo o no. Eso hace que su giro absolutista sea tan poco útil como la forma más tradicional de greenwashing.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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