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El Foco
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

¿Un rayo de luz para la industria solar europea?

Es probable que las subvenciones fomenten la expansión de las energías renovables en Europa, pero no eliminarán la dependencia de China

Rebaño de ovejas en una planta fotovoltaica en Trujillo, Cáceres.
PACO PUENTES (EL PAIS)

La industria solar ha trazado una trayectoria impresionante en las últimas décadas. La tecnología utilizada para aprovechar la energía del sol ha seguido avanzando y ahora constituye un complemento de bajo coste a las fuentes de energía tradicionales. Con el tiempo, sin embargo, la base de la producción y la innovación se ha desplazado de Europa a Asia. Las demandas de incentivos fiscales para los centros de producción locales son cada vez más sonadas, ahora que la dependencia del suministro energético ha pasado a primer plano debido a la guerra de Ucrania. El Ministerio Federal de Economía alemán ha anunciado planes para impulsar la producción nacional hasta un objetivo de 10 gigavatios.

La mayor demanda de energías renovables, unida a la transición energética mundial, ha impulsado las perspectivas de crecimiento del sector de la energía solar. Según Solarpower Europe, la capacidad de las instalaciones solares a escala mundial crecerá en torno a un 45% en 2022, hasta alcanzar los 239 gigavatios. En Estados Unidos, en particular, existe una clara tendencia al apoyo gubernamental mediante incentivos fiscales, con el objetivo de participar en el futuro crecimiento de las energías renovables. En Europa, en cambio, las medidas políticas de incentivación se deben sobre todo a la necesidad de asegurar un suministro energético propio. Esto tiene el potencial de estimular la industria solar y captar nuevos mercados. La creciente demanda de energía en países con mercados emergentes como India y Brasil ofrece además prometedoras oportunidades de crecimiento para la industria solar. La producción de energía ya es muy competitiva en función de los costes de generación de electricidad.

Europa fue líder en la producción e innovación de tecnologías solares en el inicio de la industria fotovoltaica, países como Alemania y España que se erigieron en pioneros en este ámbito. Sin embargo, la situación cambió radicalmente. Bajos costes salariales, aumento de los conocimientos técnicos y apoyo gubernamental ha llevado a muchas empresas a trasladar su producción a China. El Instituto Fraunhofer calcula que la capacidad de producción en Europa es de sólo 8 gigavatios, lo que equivale a alrededor del 1% de la producción mundial. China, en cambio, representa alrededor del 75% de la capacidad mundial. Esto significa que la dependencia de Alemania de la importación de energía solar de China es mayor que su anterior dependencia del petróleo y el gas de Rusia.

El traslado de la producción solar a Asia también se ha visto favorecido por las economías de escala. La producción masiva de células y módulos solares permite reducir considerablemente los costes de fabricación. La capacidad de producción acumulada sólo por China bastaría para cubrir toda la demanda mundial. Esto ha permitido que la energía solar sea más competitiva a escala mundial y ha provocado un aumento de su uso. Así, el coste por vatio ha caído hasta un nivel actual de 0,17-0,18 dólares en el caso de los productores de módulos de menor coste. Ya se prevén más reducciones del precio de la energía solar, y muchos productores aspiran a una nueva expansión significativa de su capacidad.

Bajo la Ley de Reducción de la Inflación (IRA por sus siglas en inglés), EE UU ha puesto a disposición unos 369.000 millones de dólares en forma de subvenciones y desgravaciones fiscales para la protección del clima. Estas subvenciones tendrán un impacto duradero en la industria solar, dado que las energías renovables son uno de los principales beneficiarios de la IRA en forma de créditos fiscales. El incentivo fiscal de 10 años de la IRA también ofrece la visibilidad necesaria para incentivar decisiones de inversión que favorezcan la creación de nueva capacidad en Estados Unidos. No obstante, la concesión de subvenciones está supeditada a que una gran parte de la creación de valor de las instalaciones solares subvencionadas se localice en la economía local.

El Ministerio de Economía alemán lanzó recientemente una ofensiva similar para ampliar la capacidad solar. El telón de fondo de esta iniciativa radica, en primer lugar, en la gran dependencia de las importaciones a la hora de ampliar las energías renovables y, en segundo lugar, en los ambiciosos objetivos de 22 GW de capacidad adicional al año en Alemania a partir de 2026 sobre una base instalada de 215 GW de aquí a 2030. Según el Comisario europeo de Energía, Kadri Simson, la UE pretende aumentar la cuota de energía solar del 3% actual al 15% para 2030.

Además, el elevadísimo precio de la electricidad según los estándares internacionales es parte del problema a la hora de garantizar que la cadena de valor de la UE esté lo más integrada posible. La producción de polisilicio, principal materia prima, es muy intensiva en energía.

Por tanto, las ventajas de costes existentes gracias a las economías de escala y al apoyo gubernamental a la capacidad de producción en China, siguen siendo un factor importante para la industria solar mundial. En el marco del IRA, es probable que EE UU atraiga importantes inversiones del extranjero y pueda crear muchos nuevos puestos de trabajo. Es probable que las ventajas estructurales en términos de procesos rápidos de aprobación de la planificación y precios de la electricidad industrial desempeñen un papel crucial en la creación de nueva capacidad en EE UU frente a Europa, incluso si Alemania ofrece la misma cantidad de ayuda financiera disponible para un proyecto en un tercer país.

En resumen, es probable que las subvenciones fomenten la expansión de las energías renovables en Europa; sin embargo, hay pocas perspectivas de que esto elimine la dependencia de los productos solares importados de Asia durante la próxima década.

Adrian Daniel es gestor de carteras en Mainfirst

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