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El Foco
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Sí, el coche tiene un gran futuro

Las cifras apuntan que avanzamos hacia un modelo de movilidad más heterogéneo, pero fuerte, en el que el automóvil sigue teniendo una importancia clave

operacion salida verano
ZIPI (EFE)

Hace pocos días hemos conocido que los grandes fabricantes de automóviles en España han ido recuperando ritmo y volúmenes de producción a lo largo del primer semestre, con un aumento del 35,9% en el número de unidades ensambladas solo en mayo respecto al año pasado (ANFAC). La estabilización de las cadenas globales de suministro, especialmente en lo que respecta a la provisión de microchips, está permitiendo responder con más agilidad a la demanda de vehículo nuevo, un efecto que se ha notado especialmente en el incremento continuado de ventas de turismos y todoterrenos en el primer semestre del año (+24% respecto a 2022). Este incremento ha sido notable en el mes de junio, en el que se ha superado la barrera de las 100.000 unidades vendidas. Además, España ha superado los 33 millones de vehículos asegurados en el segundo trimestre, con un aumento interanual del 1,44%.

Observando los datos, la tendencia apunta claramente a la solidez del mercado de automóviles, una excelente noticia para un conjunto de industrias que suponen más del 10% del PIB y el 9% del empleo en España. Todo esto sin menoscabo del contexto de transformación general de la movilidad en el que nos encontramos y en el que confluyen múltiples factores que todavía contienen su dinamismo por debajo de los crecimientos prepandemia, especialmente en particulares. Algunos ejemplos son el menor acceso al crédito por las subidas en los tipos de interés, el incremento tanto del precio de los vehículos como de los costes asociados a su mantenimiento o el impacto del entorno de inflación en la capacidad adquisitiva o de ahorro de familias. A pesar de todo ello, las cifras apuntan que avanzamos hacia un modelo de movilidad más heterogéneo, pero fuerte, en el que el coche sigue teniendo una importancia clave en la organización diaria de las personas.

Vamos hacia un modelo de propiedad y uso del coche más flexible, en el que cobran protagonismo fórmulas que requieren menor compromiso por parte del cliente, como el renting, o usos compartidos en las grandes ciudades, como el carsharing y en el que la regulación, la tecnología y las nuevas prioridades dibujarán un ecosistema diferente en algunos aspectos. Por ejemplo, el informe Reflexión estratégica sobre el futuro del negocio asegurador de auto, recién publicado por Deloitte, identifica la conciencia en sostenibilidad y el mayor compromiso con el medio ambiente como una certeza que tendrá un impacto claro en el futuro de la industria, que ha visto crecer el mercado de vehículos eléctricos un 25% en los últimos cinco años. El surgimiento de tecnologías avanzadas de ayuda a la conducción, el cada vez mayor valor de los datos para conocer al cliente sin por ello vulnerar su privacidad o los importantes cambios en los patrones de movilidad suman también a un cambio tecnológico. Conviene recordar también que, en la Unión Europea, los vehículos híbridos y eléctricos tienen que reemplazar el parque móvil en un estrecho plazo de tiempo. La regulación que las instituciones comunitarias están impulsando y que plantea la prohibición de la venta de vehículos de combustión a partir de 2035 es un claro ejemplo de esta hoja de ruta. Aunque su aplicación efectiva siga sujeta a debate tras el rechazo de algunos países como Alemania o Italia, el reloj está marcando una sonora cuenta atrás.

Conforme la tecnología se perfecciona, se incorporan más plantas a la electrificación, se vertebran mejor las infraestructuras disponibles para los vehículos eléctricos en la red vial, los precios se ajustan por economías de escala y los incentivos crecen, nos encontramos ante una gran oportunidad para consolidar una movilidad sostenible sin perder el bienestar que proporcionan los vehículos particulares, que siguen siendo prioritarios en la vida cotidiana de tantas personas y familias que sustentan en ellos su logística diaria… o sus viajes vacacionales.

Es lo que concluyen también nuestros propios datos, en los que observamos que seis de cada diez ciudadanos españoles eligen el coche como vehículo de preferencia para viajar en verano. También los más jóvenes. De hecho, el 70% de los encuestados de entre 18 y 29 años optará por el coche para viajar este verano, expresión de que el vehículo particular sigue siendo una clara alternativa cómoda y accesible.

¿Por qué? En primer lugar, por la libertad y la flexibilidad que brinda; en segundo lugar, porque permite tomar decisiones de último minuto; y en tercer lugar, porque permite transportar más equipaje. Reconocen también ocho de cada diez, que el incremento general en el coste de la vida les ha llevado a tomar decisiones de ahorro relacionadas con el uso del coche. La mayor parte de ellas tienen que ver con optar por alternativas de transporte en las distancias más cortas (caminar, transporte público, bicicletas…).

En definitiva, el coche sigue siendo un bien preferente para el ciudadano, y lo seguirá siendo, incluso para las generaciones más jóvenes, puesto que el cambio de prioridades en relación con su movilidad tiene más que ver con la libertad, la flexibilidad y la personalización que demandan para su relación con el coche igual que para el resto de las esferas de su vida. Si todos los actores que participamos en el ecosistema de la movilidad seguimos avanzando hacia un modelo sostenible y una experiencia personalizada, el coche sin duda tiene un gran futuro.

Jose Luis García Camiñas es director ejecutivo de Producto de Liberty Seguros en Europa

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