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El Foco
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Carta abierta de los empresarios de transporte a los candidatos del 23-J

El favoritismo por el tren, la falta de conductores, la fiscalidad, las cotizaciones, los peajes y el estado de la red son asignaturas clave para el sector

Europa Press (Europa Press)

En este período preelectoral, en el que se confeccionan los programas de Gobierno, me gustaría llamar su atención, señores candidatos, sobre la vital importancia del transporte terrestre profesional para que no vuelva a quedar olvidado cuando los redacten.

Baste señalar que, en términos de toneladas-kilómetro, el transporte profesional por carretera es responsable de mover el 96% de nuestros bienes en territorio español y de más del 70% de nuestras exportaciones a la UE, nuestro gran socio comercial en el mundo. Una actividad estratégica para el desarrollo global de las economías modernas; sin ella, las cadenas de suministro colapsarían y la economía se pararía de inmediato. Es clave que se reconozca este papel esencial y que se actúe en consecuencia desde la política.

La posición estratégica de España como enlace entre África y Europa y con su tradicional relación con el continente americano y el boom del comercio electrónico son bazas importantes para que nuestro país se convierta en un hub internacional de la logística. En 2022 nuestras exportaciones marcaron un nuevo máximo histórico anual, superando por primera vez los 389.000 millones de euros, un 23 % más respecto a 2021, a pesar de la coyuntura internacional. Uno de los factores de este éxito es nuestro conglomerado de empresas logísticas y de transporte.

A menos de un mes para las elecciones generales y a riesgo de caer en un exceso de simplificación, me atrevo a plantearles siete puntos esenciales que, sumados al ya mencionado de la consideración formal del transporte como eje estratégico de la economía, al nivel de otros como el energético o el financiero, puedan asegurar el crecimiento de nuestro sector.

1. El primero es el desequilibrio en los presupuestos del ministerio de Raquel Sánchez, que continúan certificando el favoritismo por el transporte ferroviario –responsable de mover solo el 4 % de nuestros bienes– frente a la carretera. En los Presupuestos para 2023, la cartera de Transportes cuenta con más de 21.000 millones, de los cuales cerca de 8.000 se destinan al tren y unos 2.600 millones, al mantenimiento y ampliación de las carreteras.

2. El segundo punto es la escasez de conductores profesionales. Un problema que ya es apremiante. Necesitamos unos 20.000 transportistas de mercancías y 6.000 de pasajeros. Unas cifras que se dispararían hasta superar los 100.000 para 2028, si tenemos en cuenta que más del 70 % de los chóferes en activo supera los 50 años y que no hay relevo generacional que cubra estas vacantes. Necesitamos atraer a nuestros jóvenes, a las mujeres (sólo un 3% de los transportistas) y a profesionales extranjeros, incluyendo esta profesión en el catálogo de ocupaciones de difícil cobertura, solventando la falta de zonas seguras de aparcamiento y descanso, y acabando con las barreras en su proceso de formación.

3. El tercer punto es la presión fiscal que sufren las empresas en España. Les dejo un dato ilustrador: los ingresos públicos que aportan las compañías en nuestro país respecto al total recaudado por el tesoro público, alcanzan el 32,5%, mientras que la media de la eurozona es del 23,9%. En el caso de nuestro sector, las empresas de transporte de mercancías y pasajeros aportan a las arcas del Estado 12.000 millones cada año, la mayor parte procedente del Impuesto Especial sobre los Hidrocarburos (IEH).

4. Tampoco podemos obviar la tremenda carga que suponen las cotizaciones sociales, que constituye el cuarto punto: en 2023 las bases máximas han subido un 8,6%, lo que supone para las empresas pagar al año unos 1.600 euros más por cada empleado.

5. El quinto elemento sería la mala conservación de nuestra red viaria. Señores aspirantes a la presidencia del Gobierno, la partida destinada a su mantenimiento debería ser una de sus prioridades. Si tenemos en cuenta los estudios realizados por la Asociación Española de la Carretera, recuperar los años de atraso en materia de mantenimiento de nuestra red viaria supondrá una inversión mínima de 10.000 millones para conseguir un estado adecuado de conservación.

6. El sexto punto son los peajes. No puedo evitar expresar mi desconcierto e indignación ante el lanzamiento de continuos globos sonda que amenazan con la implantación del pago por uso de nuestra red viaria –la que aún está libre de gravamen– desde que Fomento era el apellido del ministerio que gestionaba los temas del transporte. Confiamos en que el ganador de las elecciones del 23-J finalmente no sucumba a la tentación de implantar en este repago que supondría un golpe directo a nuestro pujante sector exterior, uno de los principales cimientos de nuestro PIB.

7. El séptimo aspecto que se debería contemplar en sus proyectos es la transformación energética. Para que nuestro sector sea neutro en emisiones se necesitan políticas coherentes y realistas, en Bruselas y Madrid. Debemos aplicar el principio de neutralidad tecnológica, reconociendo todas las alternativas sostenibles a nuestro alcance –hidrógeno, ecocombustibles y gas natural–, sobre todo en sectores tan difíciles de electrificar como el transporte pesado de larga distancia.

Ahora mismo estamos en un escenario salpicado de incertidumbre, ya que la prohibición de la venta de vehículos con motor de combustión a partir de 2035, exceptuando aquellos propulsados por combustibles sintéticos (efuels), plantea un sinfín de problemas de casi imposible solución en plazo, teniendo en cuenta que más del 96% de los camiones vendidos en la UE en 2022 funcionan con diésel; y solo el 0,6% son eléctricos.

España no debería arriesgarse a perder músculo en un vector indudable de nuestra competitividad. Cuidemos de un sector al que todos debemos tanto; desde el mecánico que recibe sus piezas hasta el ganadero al que le traen el pienso, pasando por los millones de usuarios que compran en supermercados, farmacias, gasolineras o librerías. Todo viaja en camión.

Marcos Basante es presidente de la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (ASTIC)

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