El Manchester United, ¿a los tribunales?
Los accionistas minoritarios temen que los dueños les excluyan de una venta
La saga del Manchester United podría acabar en una batalla sin cuartel. La familia propietaria, los Glazer, lo puso en venta en noviembre, y esperan una valoración de al menos 5.000 millones de libras. El jeque catarí Jassim bin Hamad al-Thani ha ofrecido más o menos eso. Pero otra oferta, del magnate inglés de la química Jim Ratcliffe, preocupa a los inversores. Según una fuente, un hedge fund con una gran participación en el club está haciendo preparativos legales para el caso de que Ratcliffe lance una oferta que implique solo la compra de las acciones de clase B con supervoto de los Glazer. Eso excluiría en la práctica a los minoritarios. Otra fuente dice que los fondos ya estaban estudiando los precedentes en virtud de la ley de las Islas Caimán, sede legal del club, para averiguar cómo argumentar en contra de una maniobra de los Glazer o Ratcliffe.
Lo que preocupa es la estructura accionarial de doble clase. Dos tercios del capital son títulos de clase B, que dan 10 votos y son de los Glazer, y el tercio restante son de clase A, que cotizan, dan un voto y son en general de inversores institucionales. El FT dice que Ratcliffe y los Glazer están valorando un acuerdo en el que aquel compraría suficientes acciones de clase B para controlar el club, pero sin hacer una oferta a otros inversores. Los Glazer podrían incluso intentar cambiar los estatutos para asegurarse de que las acciones que vendan conserven sus derechos de supervoto.
Los fondos tienen motivos para oponerse. La OPV de 2012 señala que la ley de las Islas Caimán da a los accionistas el derecho a recibir un “valor justo” por sus acciones, determinado por un juez. En octubre, los tribunales de las Islas fallaron a favor de los minoritarios en un caso de absorción.
Pero eso supone que los accionistas de clase A voten contra un acuerdo. Podría no ser el caso si Ratcliffe simplemente toma el control a través de un acuerdo bilateral con los Glazer. Otro riesgo es que Ratcliffe carezca de dinero para reconstruir el estadio, y tenga que endeudar más al club. Y no hay garantías de que mantenga el récord de dividendos de los Glazer. La cotización refleja este pesimismo. La venta del Chelsea lo valoró en 5,7 veces sus ingresos. El United cotiza a poco más de 5 veces sus ventas. Así que los inversores dan más opciones a los Glazer que a los fondos.
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