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Perfil
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Hilvanando el legado de Prada

Patrizio Bertelli, presidente de la firma, prepara el relevo generacional en un grupo que pretende salir a Bolsa en Milán

Patrizio Bertelli, presidente de Prada.
Patrizio Bertelli, presidente de Prada.jose Manuel esteban,

Redefinió el concepto de lujo, abogó por un minimalismo sofisticado, perenne y de calidad y lo hizo junto a su compañera de vida, en silencio. No hay extravagantes gastos, ni entrevistas narcisistas, ni poses con famosos. Pocos ponen cara a uno de los 500 más ricos del mundo. Tampoco es algo que le interese. Aprecia la privacidad.

Coleccionista de arte contemporáneo, aficionado al cine y a la literatura y padre de dos hijos ya entrados en la treintena, Patrizio Bertelli (Arezzo, Italia, 1946), autorretratado como fuerte pero autoritario, siempre quiso emprender. Hijo de abogados, empezaría una ingeniería que acabaría por abandonar para centrarse en su vocación.

Sería fructífera: a los 20 años ya era dueño de una firma de pieles para cinturones y, poco a poco, escalaría hasta llegar a la meta prefijada. Porque su ambición no conocía límites y conocer a Miuccia Prada, heredera de la que sería la gran dinastía italiana de la moda, no fue más que un trampolín. Porque sin Bertelli, el grupo no habría sido lo mismo.

Milán, 1977. Se conocieron en la primera y entonces única tienda de Prada, situada en la emblemática Galería Vittorio Emanuele II. Miuccia, licenciada en Políticas, feminista de manual y militante del Partido Comunista, encabezaba la empresa familiar fundada por su abuelo. La joven se había propuesto destruir la idea convencional de la moda: quería que el negocio creciese, pero no sabía cómo. Bertelli, con olfato para los negocios, parecía tener la respuesta.

Consiguieron que funcionara. Y es que creatividad y dotes de gestión se combinaban a la perfección en la pareja, que contrajo matrimonio en 1989, haciendo posible que una exclusiva, pero pequeña firma italiana se convirtiera en un referente mundial del lujo y, más tarde, en un conglomerado con un capital de 18.000 millones de dólares conformado por marcas como Miu Miu o Church’s.

Hoy, a sus 77 años, Bertelli posee un patrimonio de 5.500 millones de dólares, según Forbes, y una pasión por la vela que ha convertido en prioridad. Así lo anunció el pasado diciembre, cuando se retiró junto a su esposa del control ejecutivo del grupo. Una decisión que el matrimonio argumentó en la necesidad de “contribuir más a la evolución del grupo Prada y facilitar el relevo generacional”.

Su primogénito, Lorenzo Bertelli, de 35 años, ha aceptado ser el heredero de la dinastía. Ha crecido a la par de la empresa, conoce el mundo, se ha sabido mover en él. Licenciado en Filosofía, expiloto de rallies profesional y responsable de RSC de Prada en la actualidad, todavía tiene un largo recorrido por delante hasta llegar al poder.

Dada su falta de experiencia, el grupo ha encargado pilotar la transición a Andrea Guerra, un reconocido ejecutivo italiano nombrado CEO en enero y que ahora ejerce de mentor para Lorenzo. Un regente en toda regla que toma las riendas de la compañía temporalmente hasta que Bertelli hijo esté preparado.

Guerra, con un destacado papel durante su mandato como consejero delegado de Luxottica, firma propietaria de marcas como Ray-Ban, Oakley o Persol, es un fichaje seguro. Se le atribuyen logros como triplicar las ventas y aumentar el valor de las acciones de 14 euros en 2003 a 40 euros en 2014 en la popular compañía de monturas.

Ahora, como CEO de este imperio, Guerra se enfrenta a una situación delicada. Porque una compañía que no crece, muere: allá por 2011, el Grupo Prada se abrió paso en la Bolsa de Hong Kong, una decisión estratégica justificada en el hecho de que el 25% de sus ventas se hacen en la China continental. Pero, como indica la analista de Reuters Lisa Jucca, lo que podría haber sido toda una oportunidad de expansión de capital se tornó en un batacazo. Sus acciones han rentado desde su salida a Bolsa un orden de magnitud menos que sus rivales franceses LVMH, Kering y Hermes. Por eso se plantea ahora una doble cotización en Milán, para, en palabras de Lorenzo, compensar la situación, ampliar el perfil de inversores y reducir el riesgo en China.

La empresa ha subrayado que las dificultades que presenta la entrada en Bolsa se deben a “obstáculos regulatorios”, pero es un proceso complejo que va más allá de eso: el 80% del capital está en manos de Patrizio Bertelli y Miuccia Prada, y ambos se muestran reticentes a cambiar eso. El analista Yawen Chen señala esto como la principal razón detrás de la ralentización de la salida a Bolsa.

A Patrizio Bertelli, que ahora observa la situación desde una posición honorífica, solo le queda esperar, confiando en que el grupo no de puntadas sin hilo.

Otro estilo de negocio

Para Patrizio Bertelli, lujo y precio no son proporcionales. Es la identidad del producto lo que lo diferencia, su calidad. Ha dicho en alguna ocasión que la clave de un buen negocio no es el dinero, que viene y va, sino perdurar en el tiempo. 

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