Un sector exterior prometedor, pero que hay que cuidar
La internacionalización ofrece vulnerabilidades asociados a las características productivas y administrativas de España
El sector exterior supone una parte muy importante de la actividad económica en España y se ha convertido en una de sus principales fortalezas. Algo impensable hace poco más de una década, y que debería ser siempre tenido en cuenta en todas las decisiones gubernamentales y de política económica. Así, en el siglo actual el sector exterior de España ha actuado como un motor de recuperación y desde inicios de la pasada década está teniendo una contribución positiva a la estabilidad macroeconómica.
Tras la crisis financiera iniciada en 2007 como en los dos últimos ejercicios, marcados por la pandemia del Covid-19 y la invasión rusa de Ucrania, la demanda externa tuvo una aportación positiva al crecimiento del PIB. Por otra parte, a pesar de la absoluta dependencia exterior que seguimos teniendo de los hidrocarburos y del fortísimo incremento que han registrado sus precios, España ha mantenido en 2022, por undécimo año consecutivo, un superávit en la balanza por cuenta corriente, un comportamiento muy diferente de lo ocurrido en la crisis energética de los años 70 del pasado siglo.
Además, el sector exterior tiene una importancia destacada en el empleo y la producción. Según la OCDE, uno de cada cuatro empleos en España está relacionado con actividades de comercio exterior, mientras que el valor anual de las exportaciones e importaciones es equivalente a cerca del 80% del PIB, mayor proporción que en la mayoría de los países de nuestro entorno y que en las grandes economías mundiales.
En este sentido es relevante observar cómo la competitividad de las exportaciones de bienes desde España ya no depende solamente de los precios, como ha sido habitual hasta fechas recientes. En 2022, en un contexto inflacionista a nivel mundial, los precios de las exportaciones de mercancías desde España han aumentado más de un 20% sin que se haya registrado una pérdida de cuota de mercado a nivel mundial, que se mantiene estable desde 1990, a pesar del impacto que supuso la entrada de China en la OMC en 2001. Un comportamiento inhabitual entre las principales economías de la Unión Europea y del mundo.
Asimismo, en la última década se está asistiendo a un cambio destacado en la composición de las exportaciones de mercancías desde España, que augura un futuro prometedor. Están ganando peso las ventas en el exterior de productos con un contenido tecnológico alto-mediano, como los productos químicos, que ya suponen casi un 19% del total, cerca de nueve puntos porcentuales más que al inicio del actual siglo, mientras desciende el peso de las ventas de las exportaciones de automóviles –un 11,5% del total, la mitad que en 1999– y de bienes de equipo. Por su parte, mercancías con contenido tecnológico medio-bajo como son los alimentos siguen siendo muy competitivos, gracias a las mejoras en calidad y servicio que se derivan del acertado uso de las tecnologías de la información para su promoción y venta, del aprovechamiento de las oportunidades que ofrecen los nuevos hábitos y preferencias de los consumidores, así como del reconocimiento de la marca España, entre otros.
En el ámbito de los servicios seguimos siendo un destino muy atractivo para el turismo internacional, suponiendo esta actividad una fuente muy importante de ingresos externos. Al tiempo desde España se ofrecen servicios no turísticos muy competitivos, sobre todo en el segmento denominado servicios a empresas. Desde mediados de los años ochenta del pasado siglo las exportaciones desde España de este tipo de servicios han más que duplicado su cuota de mercado a nivel mundial y ya suponen una tercera parte de las ventas en el exterior de servicios no turísticos (telecomunicaciones, información, informáticos, transporte, financieros, seguros, consultoría, ingeniería, arquitectura, reparación, etc.). Este es un aspecto especialmente relevante de cara al futuro, ya que desde hace tiempo se observa que el mayor dinamismo en el comercio internacional se registra en los servicios y que, como ha destacado Richard Baldwin, la tecnología digital está transformando la globalización e impulsando los intercambios de servicios.
A pesar de esta meritoria trayectoria, el sector exterior español sigue presentando importantes vulnerabilidades, muchas asociadas a las propias características productivas y administrativas del país. Aparte de la elevada y costosa factura que supone importar la totalidad de hidrocarburos que consumimos, destaca la alta y creciente dependencia exterior de productos fundamentales para afrontar la denominada doble transición, la ecológica y digital.
Así, entre 2018 y 2022 el déficit de productos asociados a esta doble transición (como placas fotovoltaicas, baterías, coches eléctricos, equipos electrónicos...) ha aumentado en 8.300 millones de euros y supone una cuarta parte del déficit comercial total. En este sentido, es destacable la dependencia en este tipo de productos de China, que, además, se ha convertido en 2022 en el primer proveedor de mercancías de España.
Son numerosos los retos que se presentan al sector exterior derivados de un contexto internacional lleno de incertidumbres y menos propicio que en las últimas décadas para la internacionalización. Las crecientes tensiones geopolíticas, con la adopción generalizada de medidas proteccionistas y de ayuda a compañías locales frente a las extranjeras, así como la digitalización y la extensión de nuevas tecnologías, como la denominada inteligencia artificial, están provocando cambios rápidos y profundos en las ventajas comparativas en el comercio que modifican constantemente la capacidad competitiva de las empresas y de los países para atraer inversiones extranjeras. Desafíos y tendencias que hay que afrontar con firmeza y consenso, siendo conscientes de la importancia presente y trascendencia futura del sector exterior para la economía española.
Gonzalo Solana / Raúl Mínguez son Director / Subdirector de la cátedra Global Nebrija Santander en Internacionalización de Empresas
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