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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Israel da más leña a su gallina de los huevos de oro

Su industria tecnológica, de capa caída como en otros países, podría perder inversión por la incertidumbre en su sistema jurídico

Israel está complicando aún más la vida a su gallina de los huevos de oro. Su industria tecnológica, como la de otros países, ha sufrido un duro golpe por el desplome de las valoraciones del sector y las actividades de captación de fondos. La sorprendente decisión del primer ministro, Benjamin Netanyahu, de destituir al ministro de Defensa, Yoav Gallant, el 26 de marzo, y el consiguiente revuelo nacional, podría empeorar mucho las cosas.

Gallant fue destituido porque se opuso a un plan que daba a los políticos más poder en la selección de jueces. Lo mismo piensan muchos israelíes, que enseguida se echaron a la calle. Netanyahu ha cedido, por ahora.

Israel lleva dos décadas disfrutando de un superávit de exportaciones. Gran parte se debe a su próspero sector tecnológico, que incluye empresas como Mobileye, de 34.000 millones de dólares, dedicada a la conducción autónoma, y Wiz, de 10.000 millones, que fabrica productos que impiden a los hackers acceder a los datos de la nube. La mitad de las exportaciones del país proceden del sector de alta tecnología, que en 2022 constituyó el 15% del PIB. Y un cuarto de los impuestos sobre la renta la pagan los empleados de empresas de alta tecnología, según Moody’s.

Para mantener su dinamismo, Israel necesita que los inversores foráneos de capital riesgo sigan inyectando dinero en startups. La crisis tecnológica mundial ya hizo que los 12.000 millones de dólares que invirtieron en 2021 cayeran a 9.000 millones en 2022, según PitchBook. En lo que va de año, esa cifra es de solo 700 millones, muy por debajo de lo que debería. La quiebra de SVB es otro quebradero de cabeza.

Si Netanyahu sigue adelante con su acaparamiento judicial, algo posible después de un receso parlamentario de un mes, este flujo podría reducirse a la nada. El atractivo para el capital riesgo de invertir en tecnología israelí está estrechamente relacionado con la estabilidad general de su sistema jurídico. Pero ahora mismo el Gobierno incluye figuras polarizadoras como el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, que dijo que la marcha atrás de Netanyahu demostraba que los votos de los trabajadores de alta tecnología valían más que los de los manuales. Los inversores en startups locales, muchas de las cuales operan en áreas sensibles como ciberseguridad, podrían empezar a plantearse buscar un lugar menos díscolo.

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