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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El problema alemán de red eléctrica tiene solución

Podría pagar 20.000 millones por los activos teutones del holandés TenneT

Contador eléctrico en Berlín.
Contador eléctrico en Berlín.Hannibal Hanschke (EFE)

La afición de Olaf Scholz por las grandes operaciones energéticas no remite. Tras rescatar Uniper por más de 50.000 millones, podría desembolsar 20.000 millones por los activos teutones del holandés TenneT. Poner remedio a una red eléctrica desvencijada es un problema especialmente acuciante en Alemania, pero dispone de medios para actuar.

Reducir las emisiones de carbono significa alimentar más coches y hogares con electricidad sin emisiones. Pero la infraestructura subyacente necesita importantes mejoras. La AIE calcula que la inversión en redes debe alcanzar casi 560.000 millones anuales hasta 2030, el doble que en 2015-21.

El quebradero de cabeza de Scholz es especialmente agudo. Alemania ya sufre el tipo de problemas de capacidad que pueden hacerse más comunes a medida que avance la transición verde. Tiene que transportar la luz desde las turbinas del norte hasta el corazón industrial del sur, así que la red se sobrecarga a menudo. Cuando eso ocurre, las empresas que gestionan la red deben asumir costes como compensar a los generadores que no pueden transportar su energía, una factura que alcanzó la cifra récord de 3.600 millones en 2022.

Otro problema es que el Estado holandés, dueño de TenneT, solo quiere financiar inversiones en su país. Además, la red alemana es excepcionalmente compleja. Mientras que muchos Estados europeos solo tienen un operador de red, Alemania tiene tres además de TenneT. Scholz podría obligarles a fusionarse para aumentar su eficiencia y luego devolverlos al sector privado, creando algo parecido a la National Grid británica, de 43.000 millones. Pero ya sean públicas o privadas, las redes están muy reguladas. Los hogares acaban pagando los costes de inversión, ya sea en impuestos o en las facturas.

Aun así, es comprensible que Scholz quiera más control. La dependencia histórica del gas ruso agravó su crisis en 2022 y puso de relieve los riesgos de depender de activos críticos de propiedad extranjera. Y sobre todo, tiene dinero. Quizá pueda financiar la concentración de la red a través del banco estatal KfW, lo que podría mantener los costes de adquisición fuera de las cifras de endeudamiento nacional. Incluso si no puede, la deuda de Berlín, equivalente al 67% del PIB, es menor que la de sus vecinos. Puede que tenga el mayor problema de red, pero también la solución más fácil.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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