Los gestores de fondos encaran 2026 con el mayor optimismo en más de cuatro años
La fuerte apuesta por la Bolsa y la caída de la liquidez acercan al mercado a niveles de alerta, según la encuesta de Bank of America


Los gestores comienzan a ajustar sus carteras de cara al nuevo ejercicio. Superados los sobresaltos que ha traído consigo 2025, los mercados lograron recomponerse con rapidez y de forma generalizada: más allá del espectacular 47% que sube el Ibex en el año, el Euro Stoxx y el S&P 500 se revalorizan en torno al 17% y el Nikkei el 23%. La euforia ha alcanzado, incluso, a activos considerados tradicionalmente como refugio, como es el caso del oro.
La fiebre no da señales de remitir, ni siquiera con las exigentes valoraciones del sector tecnológico en Bolsa. Según la encuesta de gestores de Bank of America, realizada entre el 5 y el 11 de diciembre, el mercado recibe el arranque del año con un marcado optimismo sobre la economía y la Bolsa. El sentimiento inversor se aproxima a los 7,9 puntos en una escala con un máximo de 10, su nivel más alto en cuatro años y medio. Este indicador se calcula a partir de la asignación a Bolsa, el porcentaje de efectivo en las carteras y las previsiones sobre el crecimiento global. Tanto los valores extremos a la baja como al alza se interpretan como señales de riesgo: una lectura de entre 0 y 2 apunta a estrés extremo en los mercados, mientras que niveles entre 7 y 8 suelen asociarse a un exceso de complacencia. Es decir, los inversores podrían no estar teniendo en cuenta los riesgos que planean sobre los mercados.
Así, pese al incesante debate sobre una posible burbuja, las gestoras de fondos han reducido el peso de la liquidez en sus carteras a mínimos históricos: el 3,3% frente al 3,7% del pasado noviembre.
Para el banco de inversión estadounidense, el nivel de optimismo actual solo se ha registrado ocho veces en lo que va de siglo. Entre esos episodios figuran el periodo comprendido entre noviembre de 2010 y comienzos de 2011, coincidiendo con la recuperación tras la crisis financiera global, y el auge que siguió a la pandemia entre finales de 2020 y julio de 2021.
De hecho, el temor a una burbuja financiera ha remitido. El 38% de los encuestados creen que la IA es el mayor riesgo para los mercados, siete puntos porcentuales menos que hace un mes. También ha descendido el porcentaje de los inversores que temen que las empresas están invirtiendo demasiado, pues la diferencia entre los que piensan así y los que no es de 14 puntos porcentuales, frente a los 20 del mes anterior. La exposición a las tecnológicas es la más elevada desde julio de 2024.
Las perspectivas económicas son igualmente positivas. Tras constatar que la guerra arancelaria no será tan severa como se temía el pasado abril y en un contexto en el que los bancos centrales han comenzado a flexibilizar las condiciones financieras, el 57% de los gestores espera un aterrizaje suave, solo un 3% un aterrizaje duro (es decir, recesión o estancamiento) y un 37%, ningún tipo de aterrizaje. Son las mejores previsiones en dos años y medio.
Estas previsiones implican, también, más beneficio para las empresas. El 29% neto de los participantes —diferencia en puntos entre optimistas y pesimistas— espera que las ganancias empresariales sigan su curso, el nivel más alto desde agosto de 2021, un periodo marcado por el levantamiento de las restricciones a la movilidad y la recuperación de la actividad tras la pandemia. Con este telón de fondo, los gestores apuestan por la renta variable con la mayor intensidad desde diciembre de 2024, con los bancos y las compañías ligadas a la atención médica como sectores preferidos.
Los profesionales de la inversión tampoco permanecen ajenos al ruido que está generando la sucesión de Jerome Powell al frente de la Reserva Federal. Aunque en las últimas horas ha ido ganando puntos la designación de Kevin Warsh, el 69% de los encuestados cree que finalmente será Kevin Hassett el que ocupe el asiento.
Récord de optimismo en Europa
Más llamativo aún que la confianza de los gestores en la economía mundial es el optimismo respecto a Europa. El 78% neto de los encuestados espera que la economía europea muestre un mejor comportamiento en 2026, un nivel de confianza sin precedentes. Esta resiliencia sienta las bases para que las ganancias bursátiles se mantengan.
Mientras el 8,1% neto espera ascensos a corto plazo, el 92% confía en el potencial alcista de la Bolsa europea. Es decir, en ambos casos se trata de máximos históricos. Aunque muchos índices como el español o el Stoxx 600 han marcado nuevos máximos en las últimas jornadas, el 32% de los encuestados sigue creyendo que la renta variable europea sigue estando infravalorada.
Las buenas perspectivas económicas deberían seguir apoyando a la renta variable. De hecho, el 43% neto de los gestores ve potencial alcista en los valores vinculados al ciclo frente a los defensivos, el porcentaje más alto en un año. Sin embargo, los sectores defensivos continúan liderando las carteras. El más sobreponderado es el sanitario, seguido de los servicios públicos y, en tercer lugar, los servicios financieros, principalmente aseguradoras. Tras varios años en los que la banca ha encabezado las preferencias, los gestores no la descartan, pero sí la sacan fuera del podio. Por mercados, Alemania se mantiene como el destino preferido, mientras que Francia aparece como el menos atractivo.
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