El Tesoro despide el año con letras ancladas en el 2%
El organismo público concluye 2025 con la venta de 2.252,6 millones en deuda a corto plazo


El Tesoro da por finalizado el año. La rebaja de los objetivos de emisión y el apetito de los inversores por la deuda española permiten al organismo prescindir de la subasta de bonos y obligaciones prevista para el próximo jueves. Con la emisión de letras a tres y nueve meses de este martes, la institución que dirige Paula Conthe pone el broche a un ejercicio en el que la buena marcha de la economía y la mejora del rating han servido de respaldo para captar recursos y contener el coste de financiación.
El organismo dependiente del Ministerio de Economía ha colocado 2.252,55 millones en deuda a tres y nueve meses, a tipos ligeramente superiores. En línea con el comportamiento del año, los inversores han vuelto a mostrar su confianza en la economía española: la demanda ha alcanzado los 4.392,8 millones, lo que supone que las peticiones duplican casi por dos (1,95 veces) la oferta.
El grueso de la emisión se ha concentrado en las letras a nueve meses. Para este plazo, el Tesoro ha adjudicado 1.436,37 millones a un tipo marginal del 2,016%, por encima del 1,976% registrado en la subasta anterior y el nivel más alto desde marzo. Pese al repunte de la rentabilidad, los pequeños ahorradores han optado por reservar liquidez de cara a las Navidades. Las peticiones no competitivas, que corresponden mayoritariamente a estos inversores, se han limitado a 84,4 millones.
El comportamiento de los minoristas mantiene su marcado componente estacional. Igual que ocurre en verano, muchos prefieren disponer de un colchón para afrontar el gasto adicional. A ello se suma que, a diferencia de otros periodos, el interés de estas emisiones no supera una inflación que en noviembre alcanzó el 3%, su primera caída en seis meses.
Los 816,18 millones restantes corresponden a las letras a tres meses. Al igual que en la referencia anterior, el tipo de interés ha experimentado un ligero repunte, pasando del 1,926% al 1,999%, máximos desde abril. La demanda de los pequeños ahorradores también ha sido moderada y se ha quedado en 233,5 millones.
Con una inflación en la zona euro próxima al 2,1%, el mercado no espera que el BCE modifique los tipos en su última reunión del año. El precio del dinero permanece anclado en el 2% desde junio. Aunque la presidenta del BCE, Christine Lagarde, sostiene que el nivel actual es el adecuado, en las últimas horas han empezado a ganar terreno las expectativas de subidas en 2026. El detonante de ese cambio han sido los comentarios de Isabel Schnabel, miembro del Consejo Ejecutivo, que considera que los tipos han tocado suelo. Conviene recordar, no obstante, que Schnabel forma parte del ala dura del BCE, tradicionalmente partidaria de mantener los tipos en niveles más altos.
Las expectativas de que, si no habrá tipos más altos, al menos el precio del dinero se mantendrá estable, siguen apuntalando las rentabilidades de las letras a corto plazo en torno al 2%. Un pequeño alivio para los inversores conservadores, que han visto cómo las estrategias para blindarse frente a la inflación se han ido evaporando. Mientras los pequeños ahorradores se lamentan, los emisores celebran que la factura por endeudarse permanezca contenida —e incluso caiga—. Entre ellos, el Tesoro, que gracias al retroceso de los tipos y al firme apetito por la deuda española mantiene el coste medio de la deuda en circulación en el 2,28%. Apenas 64 puntos básicos por encima del mínimo histórico del 1,64% alcanzado en 2021, cuando los tipos seguían en el subsuelo y el BCE todavía actuaba como comprador de último recurso.
Objetivos para 2026
Con la mirada puesta en 2026, el Ministerio de Economía empieza a perfilar su estrategia de financiación. En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, el titular de la cartera, Carlos Cuerpo, avanzó que la emisión neta volverá a rondar los 55.000 millones por tercer año consecutivo. La emisión bruta, por su parte, ascenderá a 285.693 millones, un 4,2% más que los 274.242 millones de este ejercicio.
En línea con el objetivo de mantener la vida media de la deuda en torno a los ocho años, el grueso de las emisiones corresponderá a títulos a medio y largo plazo, que sumarán en torno a 176.935 millones, un 3,1% más.
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