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El Ibex 35 sube un 3% en julio y entra en el pódium de los índices más alcistas en el año

El tirón de la banca lleva al índice de la Bolsa española a máximos de 2008

Gema Escribano

La Bolsa española despide julio con una subida del 2,9%, lo que permite al Ibex 35 consolidarse como uno de los índices bursátiles más alcistas de 2025. En lo que va de año, el selectivo acumula una revalorización del 24,17%, la mayor entre los grandes parqués europeos y solo superada a nivel global por el Kospi surcoreano, que avanza un 35,3%. El selectivo asiático se ha visto impulsado en las últimas horas por la decisión de Donald Trump de aplicar un arancel del 15% a sus importaciones, igualándolo con el impuesto fijado para Japón y la Unión Europea.

El principal catalizador del buen comportamiento de la Bolsa española sigue siendo el sector bancario, cuyas cuentas del segundo trimestre han superado las previsiones más conservadoras. Las entidades han compensado la esperada moderación del margen de intereses —presionado por el entorno de tipos más bajos— mediante un mayor dinamismo comercial, el incremento de las comisiones y el apoyo de la cartera de deuda. Esa mejora operativa ha devuelto el protagonismo a la banca dentro del Ibex y ha permitido al índice superar los máximos registrados en enero de 2008.

A las puertas de agosto, el mes vacacional por excelencia, los mercados entran en una nueva fase de bajo volumen y elevada volatilidad, en un entorno marcado por la escasa visibilidad. Las tensiones comerciales, la indefinición en la política monetaria y las dudas geopolíticas limitan la visibilidad a medio plazo. Por ello, los inversores optan por una estrategia reactiva: mantener la exposición a renta variable siempre que los resultados empresariales respalden el movimiento. “Las tensiones comerciales siguen siendo un factor persistente, pero los mercados tienden cada vez más a tratarlas como ruido. En muchos casos, las noticias son simplemente ‘menos malas’ de lo que se temía, lo que ha contribuido a mejorar el ánimo”, afirma Andrew Lake, responsable de renta fija de Mirabaud Asset Management.

Mientras el Ibex 35 profundiza en los máximos de enero de 2008, los índices estadounidenses siguen derribando muros. Los buenos resultados de Microsoft y Meta llevan al S&P 500 y el Nasdaq a marcar récord tras récord. La carrera por la inteligencia artificial (IA) se acelera conforme pasan los meses y los gestores reconocen que el cambio tecnológico que trae consigo este negocio se produce una vez por generación. En este contexto surgen dos claros ganadores: Nvidia y Microsoft, las dos únicas empresas que han superado los cuatro billones de capitalización.

Ibex desde 2007 En máximos Gráfico

“La campaña de resultados en EE UU ha ofrecido un panorama sólido, en gran medida por unas expectativas inicialmente bajas”, señalan los analistas de Berenberg. Desde que Donald Trump decidiera reconfigurar el comercio mundial, las firmas de análisis han acelerado la revisión a la baja de las previsiones de beneficios. Superar el listón era sencillo y los inversores se lo han recompensado. Desde los mínimos del pasado abril, el S&P repunta más de un 28% y con julio encadena tres meses consecutivos al alza, la mejor racha desde el pasado septiembre. Más sorprendente es la recuperación del Nasdaq, que además de registrar ascensos cercanos al 40% suma cuatro meses consecutivos al alza, algo que no se veía desde marzo de 2024.

“El impulso de la renta variable seguirá respaldado a corto plazo por una sólida campaña de resultados. La menor liquidez propia de meses como agosto podría aumentar la volatilidad”, advierten los analistas de Berenberg. Aunque sigue habiendo muchas preguntas sin respuesta, desde la firma alemana mantienen una ligera sobreponderación sobre la renta variable a nivel general y creen que las correcciones pueden ser una oportunidad para incrementar la exposición a precios más razonables.

Focos de incertidumbre

Los bajos volúmenes de negociación pueden provocar fuertes oscilaciones en las Bolsas. Esto ya pasó el 5 de agosto del año pasado cuando el Nikkei encajó su mayor caída desde 1987 y acabó arrastrando al resto de Bolsas mientras se sucedían los temores de recesión y los inversores aceleraban las ventas de acciones a medida que el yen se revalorizaba. Esta vez no es Japón la principal amenaza para los inversores. Aunque su abultado endeudamiento y el repunte de las rentabilidades de la deuda a más largo plazo ya ha generado algún que otro dolor de cabeza a los inversores, seguirán siendo las noticias comerciales las que dominen los mercados.

El frente más incierto sigue siendo el comercial. Donald Trump ha reiterado que el 1 de agosto aplicará nuevos aranceles a sus principales socios comerciales —excepto México, que dispone de una prórroga de 90 días—, con tasas que podrían oscilar entre el 15% y el 50%. El arma comercial es una herramienta clave para repatriar la producción industrial, aumentar los ingresos fiscales y reforzar el poder de negociación frente a los países que dependen del mercado estadounidense. En las últimas horas los negociadores se apresuran a cerrar pactos para rebajar la factura, pero los expertos advierten: la presión puede forzar que acaben aceptando unas condiciones menos ventajosas.

Los analistas de UBS también esperan un repunte de la volatilidad en las próximas semanas. Además, las próximas cuatro semanas suelen ser en las que peor comportamiento registra el S&P 500. El índice estadounidense es el más seguido por los gestores y los analistas y su evolución suele tener una gran repercusión en el resto de mercados. Después de la fuerte recuperación que han experimentado los índices, los expertos de UBS creen que el mercado ya ha descontado las noticias positivas.

Junto a los aranceles los inversores analizarán con lupa las declaraciones de los responsables de política monetaria. La resistencia que muestran los precios (el deflactor del consumo estadounidense (PCE) de junio subió al 2,6%) y la solidez de la economía estadounidense parecen confirmar la idea defendida por el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, de que lo mejor es esperar. Pero esto no impide que Trump vuelva a aumentar la presión y amenace con su destitución. Ya en las últimas horas ha mostrado su desacuerdo con la idea de mantener sin cambios los tipos y le ha acusado de llegar demasiado tarde. Las presiones a la independencia de la Fed son para los gestores una de las principales amenazas y esto se ha visto reflejado en la depreciación del dólar. Aunque en las últimas sesiones el billete verde ha dejado a un lado las presiones bajistas y en su cruce frente al euro sube un 3%, el primer ascenso desde diciembre, los analistas creen que se trata de un rebote puntual.

Desde UBS señalan que parte de esos ascensos se deben a que muchos inversores han deshecho las posiciones cortas que mantenían sobre la divisa. “Más allá de los ajustes de posicionamiento a corto plazo, creemos que el acuerdo comercial entre EE UU y Europa aporta cierta claridad al BCE. Esperamos con mucho un último recorte y una vez que la Fed indique que está lista para retomar el ciclo de recortes, el cambio euro-dólar recibirá nuevos impulsos y volverá a los máximos 1,18 unidades registradas semanas atrás”, apuntan. En la misma línea se mueven los analistas de Bank of America que consideran que la tendencia bajista del dólar sigue teniendo recorrido. “La tendencia bajista del dólar se expresa principalmente en futuros y opciones, más que en el mercado al contado. El dinero real en todas las regiones tiene margen para vender dólares”, remarcan.

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Sobre la firma

Gema Escribano
Periodista económica, con 13 años de experiencia como redactora. Formó parte de la web de Cinco Días desde 2010 hasta 2017 cuando pasó a integrar la sección de Mercados. Especializada en información bursátil y mercado de deuda. Estudió periodismo en Universidad Carlos III.
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