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Intel vende el 51% de Altera, su negocio de chips programables, por casi 4.000 millones de euros

La empresa busca centrarse en su negocio principal y monetizar activos tras la llegada de su nuevo consejero delegado, Lip-Bu Tan, que ha acordado la operación con Silver Lake

Sede de Intel en Santa Clara (California).

Intel ha acordado la venta de una participación del 51% en su negocio de chips programables Altera a la tecnológica Silver Lake. La operación se ha cerrado en 4.460 millones de dólares (3.927 millones de euros), y es el primer gran movimiento del nuevo consejero delegado, Lip-Bu Tan, contratado para resucitar al gigante de los chips estadounidense, hoy venido a menos.

La transacción valora Altera en 8.750 millones de dólares, por debajo de los 17.000 millones que Intel pagó en 2015, pero a cambio, proporciona a la firma una inyección de efectivo de la que está muy necesitada, después de que la fuerte apuesta por invertir en nuevas fábricas llevada a cabo por el antiguo consejero delegado, Pat Gelsinger tensara las finanzas de Intel.

La venta de activos, incluida la participación de Intel en Altera, es parte de la estrategia de Tan para racionalizar la actividad del fabricante de chips, después de que sus predecesores no lograran ampliar el radio de acción más allá de su negocio principal de chips para ordenadores y servidores.

Los errores de liderazgo han dejado a Intel luchando por ganar un lugar en la industria de la IA dominada por Nvidia, mientras que su rival AMD amenaza su posición en el mercado de procesadores centrales. “El anuncio de hoy refleja nuestro compromiso en afinar nuestro enfoque, reducir nuestra estructura de gastos y fortalecer nuestro balance”, dijo Tan, quien tomó el mando después de la destitución de Gelsinger en diciembre. Las acciones de Intel subían un 4% a una hora del cierre de Wall Street.

Desde el año pasado, Intel ha tomado medidas para escindir Altera, que fabrica chips programables que pueden usarse para diversos propósitos, en industrias que van desde las telecomunicaciones hasta las militares. Se espera que el acuerdo se cierre en la segunda mitad de 2025, después de lo cual Intel espera desconsolidar los resultados financieros de Altera de los suyos.

Altera registró ingresos de 1.540 millones de dólares en 2024, apenas el 3% de las ventas totales de Intel, y una pérdida operativa de 615 millones de dólares. Después de adquirir la empresa, Intel había planeado trasladar la producción de chips de Altera a la empresa taiwanesa TSMC, que estaba empezando a tomar la delantera.

Pero la larga y costosa transición erosionó la participación de mercado de Altera, lo que permitió que su rival Xilinx, que luego fue comprada por AMD, ganara terreno. “La desinversión de Altera se produce en un momento bajista del mercado y en el punto más bajo de su rendimiento de ventas. No es el mejor momento para vender la participación de Altera”, señala Hendi Susanto, gestora de cartera de Gabelli Funds, que posee acciones de Intel. “Algunos inversores podrían ver la transacción de forma más positiva en términos de que Intel refuerza su enfoque en sus negocios principales”, añade.

Reuters informó por primera vez en noviembre de que Silver Lake estaba entre los posibles pretendientes que competían por una participación en Altera. Bob O’Donnell, analista jefe de Technalysis Research, dijo que espera que Intel se deshaga de más activos. La empresa de tecnología de conducción autónoma Mobileye Global, en la que Intel tiene una participación mayoritaria, se considera uno de sus activos “no esenciales”.

El director financiero David Zinsner había indicado en una conferencia en diciembre que Intel podría vender parte de su posición en Mobileye con el tiempo, diciendo que el fabricante de chips podría “utilizar el efectivo”.

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