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El tsunami arancelario corta de raíz el optimismo bursátil en torno a la banca española

Tras uno de los mejores arranques de año en Bolsa de la historia, las entidades corrigen con fuerza y afrontan un nuevo entorno que augura menos negocio pero no amenaza la solvencia

Un panel del Ibex 35 en el Palacio de la Bolsa de Madrid, el pasado 4 de abril.
Ricardo Sobrino

Los principales bancos españoles están entre los grandes damnificados por la oleada de nerviosismo en los mercados después de la decisión de la administración de Donald Trump de imponer amplios aranceles a los productos extranjeros. Las caídas en Bolsa han sido abruptas —con descensos diarios que han llegado hasta el 16% para algunas entidades— y aunque los analistas coinciden en que se trata de un ajuste bursátil en un sector que llegaba con las valoraciones muy elevadas y al límite del optimismo, resulta inevitable calibrar cuál sería el impacto en la banca del deterioro económico propio de una guerra comercial. Para descartar temores pasados, y por más que puedan resonar los ecos de la crisis financiera de 2008, es importante distinguir entre caídas bursátiles fruto del pánico en los mercados y problemas estructurales reales, como sucedía entonces. Ahora los bancos cuentan con una solvencia que no se ve afectada por las caídas de las acciones, y están repartiendo dividendos récord al superar, con mucho margen, los requisitos de capital necesarios. Aunque eso no vaya a ser garantía para una pronta recuperación en Bolsa.

La imposición de aranceles por parte de Estados Unidos a sus socios comerciales en todo el mundo ha reavivado los temores a una desaceleración del comercio internacional. Y si bien el negocio bancario no se verá afectado directamente por estas medidas, la incertidumbre económica que generan afecta las expectativas de crecimiento y refuerza la previsión de un entorno prolongado de tipos de interés bajos. Esta combinación de menos actividad económica, menor demanda de crédito y márgenes financieros comprimidos añade presión sobre el sector bancario. Así, los inversores han optado por recoger beneficios tras una etapa de fuerte revalorización bursátil durante los últimos años, y en particular en este arranque de 2025. Los bancos españoles acumulan una subida de entre el 25% y el 18% en lo que va de año, notable aunque lejos de los ascensos fulgurantes, cercanos al 50%, que acumulaban antes del anuncio arancelario de Trump. El índice Euro Stoxx Banks, que agrupa a los principales bancos europeos, sube poco más del 6% y se ha despedido de la ganancia superior al 20% que había acumulado hasta hace dos semanas.

“Tras una caída de entre el 15% y el 20% desde el miércoles de la semana pasada, nuestra perspectiva inicial apunta a que es comprensible la toma de beneficios en un sector cíclico que ha superado el rendimiento acumulado hasta la fecha”, señalan los analistas de UBS en un informe. “En un corto período de tiempo, la situación de los bancos ha cambiado drásticamente, al igual que las expectativas sobre las perspectivas económicas. Los impactos directos [de los aranceles] son limitados, pero hay que estar muy atentos a los efectos secundarios”, apuntan desde RBC, para quien el impacto dependerá de la exposición geográfica de cada entidad. En ese sentido, los analistas detallan que las entidades más expuestas a esta volatilidad serían bancos con exposición en Asia (HSBC, UBS y Julius Baer), México (BBVA) y EE UU (Barclays y UBS), mientras que aquellos con enfoque más doméstico estarían algo más protegidos. La exposición a EE UU, mercado destacado para Banco Santander, va a convertirse de hecho en un nuevo foco de inquietud para las entidades financieras europeas por la actual depreciación del dólar, que se prevé vaya a más a medida que está perdiendo su estatus de divisa refugio. Y con el dólar a la baja, también serán menores los beneficios de las filiales estadounidenses cuando se conviertan a euros.

Más allá de la toma de beneficios en los sectores y valores que más habían subido hasta las turbulencias desatadas en los últimos días, la banca también asiste al proceso de diversificación que se ha puesto en marcha en el mercado por el que los inversores están ampliando el foco y buscando refugio. En ese sentido, el sector financiero no está entre los favoritos, más expuesto a las bajadas de tipos de interés y al riesgo actual de cambio de ciclo económico. El índice sectorial de la banca europea se deja casi el 14% desde el 2 de abril, el supuesto Día de la Liberación de Trump, frente a caídas mucho más contenidas, de entorno al 3%, de sectores de perfil defensivo como las inmobiliarias o las eléctricas.

Sectorial banca Gráfico

En los bancos españoles el mercado ha penalizado su dependencia del negocio tradicional de préstamos, sensible a las oscilaciones de los tipos de interés. A diferencia de entidades del norte de Europa, más diversificadas hacia la banca de inversión o los ingresos por comisiones, los bancos españoles dependen en mayor medida de la actividad crediticia y del diferencial de tipos: cuando los tipos suben, cobran más por los préstamos a tipo variable, pero apenas pagan más por los depósitos. De ahí la fortaleza de los resultados en los últimos dos años. Santander ha batido su récord de beneficios en 2024 con 12.574 millones. También BBVA (10.054 millones), CaixaBank (5.787 millones), Sabadell (1.827 millones) y Bankinter (953 millones).

La perspectiva de que los aranceles aceleren los recortes de tipos ha pesado en las cotizaciones, así como la fuerte revalorización del sector: en entornos de tensión, las acciones más alcistas suelen ser también las primeras en corregir. Santander y BBVA (los bancos más diversificados geográficamente) acumulan descensos del 12%, respectivamente, desde el anuncio de Trump. CaixaBank ha perdido otro 11,5%, Sabadell un 10,5%, Bankinter un 8,6% y Unicaja un 10,5%. No obstante, desde 2023, incluso tras las últimas caídas, los principales bancos españoles registran subidas en Bolsa superiores al 70%. Santander había logrado en el mes de marzo el hito de recuperar los 100.000 millones de euros de capitalización bursátil, diez años después de la última vez. Su valor ronda ahora los 85.000 millones.

Pese a la contundencia de las caídas, los expertos insisten en que el sector bancario ni mucho menos está en peligro. El capital de máxima calidad, medido a través de la ratio CET1, se mantiene muy por encima de los niveles exigidos por el BCE. Este indicador refleja la capacidad de una entidad para absorber pérdidas y es la principal referencia de solvencia bancaria. “El nivel de capital sigue siendo adecuado y se mantiene casi sin cambios. Como resultado, las ratios CET 1 están estrechamente alineados con los objetivos de gestión, aunque el colchón por encima de los requisitos regulatorios sigue siendo inferior a la media de la UE”, explica Carola A. Saldias, analista de Scope Ratings. “No hemos observado ningún eslabón débil, ni ningún banco en particular cuyo rendimiento haya sido inferior al del resto del sector. Algunos bancos europeos incluso han obtenido mejores resultados que sus homólogos estadounidenses, algo que rara vez se ha visto en periodos anteriores de tensión general del mercado”, detalla Jakub Lichwa, gestor de TwentyFour AM.

Prueba de que no hay inquietud por la solvencia de la banca española está siendo la cotización de sus bonos, donde las ventas han distado mucho de registrar la magnitud vista en las acciones. “En medio de las fricciones comerciales, los bancos españoles se han mantenido relativamente sólidos. Por ejemplo, los diferenciales de los bonos senior de Sabadell solo se han ampliado unos 20 puntos básicos, superando notablemente a los bancos europeos de tamaño medio en otros países. Esto refleja una macroeconomía más fuerte en España (y una exposición limitada a los aranceles de EE. UU.), así como una mejora en los fundamentos de los bancos, respaldada por las recientes subidas de calificación por parte de Fitch y S&P”, defiende Filippo Alloatti, director de análisis de crédito de la gestora estadounidense Federated Hermes. Desde Vontobel coinciden en que “a pesar de los importantes movimientos de los mercados durante la semana pasada, hemos asistido a una evolución relativamente tranquila y sin indicios de tensiones de financiación para los bancos europeos”.

Entonces, ¿de qué manera podrían afectar las pérdidas de valoración de los últimos días? De momento, el principal efecto es una reducción del valor de mercado de las entidades. Según los datos de Bloomberg los bancos mundiales han perdido más de 700.000 millones de euros en capitalización bursátil desde el anuncio de guerra comercial de Trump el día 2 de abril. Una acción más barata implica que los accionistas ven mermado el valor de sus títulos. Si deciden vender, podrían registrar pérdidas. Además, si se cumplen las previsiones macroeconómicas (menor comercio, menos crédito y beneficios más bajos), también se verían afectados los dividendos. Cada año los bancos distribuyen parte de sus beneficios entre los accionistas (entre el 50% y el 60% de las ganancias). En los últimos años, los bancos españoles han repartido dividendos históricamente altos gracias a beneficios récord. El alcance que los aranceles tendrán en la economía real, y por tanto en el negocio de los bancos, es aún muy incierto pero sí augura una nueva etapa mucho más desafiante para las entidades financieras y sus accionistas.

Sobre la firma

Ricardo Sobrino
Graduado en filología italiana y en periodismo. Redactor de la sección Empresas especializado en información bancaria y finanzas. Canterano de CincoDías, se incorporó al periódico en verano de 2018.
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